lunes, 31 de enero de 2011

"AHÍ VA EL GUARRO"




Como para el finde las predicciones eran de frío y agua, quedamos para la ocasión en dejar la bici aparcada, pillarse las Pegasus, y hacer el entrenamiento a pie.
A eso de las 9.30 en casa de Félix, con los guantes, la braga en la cabeza y las térmicas, que no es cuestión de pasar penurias.
El Cuñao en cabeza del terceto decide subir al puerto por el camino viejo. Para empezar la mañana me parecía una reventada, pero mi opinión pareció difuminarse con la espesa y gélida niebla que nos cubría.
Empieza la subida, miro a mis compañeros de fatiga, y pienso para mí, " a este ritmo veremos a ver quien cae antes.
Da igual que utilicemos un medio de transporte u otro, el caso es no pasar un día tranquilo, hay que forzar la máquina, que sino parece que perdemos el tiempo.
En menos que levanta el vuelo la perdiz, estamos en el depósito, " y ahora que, tiramos corriendo al Gordo, o bajamos a los llanos". Con la que estaba cayendo, como para mirar más arriba.
Ale, decisión correcta, a trotar un poco por la ciudad y a saludar a los viandantes.
Llego a casa y tengo las manos heladas, ni los guantes ni las térmicas protegen la punta de los dedos. Una hora cuarenta y cinco corriendo. Y eso que íbamos a ir a pasar la mañana.

Ya el domingo la historia cambió. Dejamos las zapas tranquilas y pillamos la gorda.
Visto el percal y tal y como están los caminos, pues... pillamos San Gamello, subimos al Torno, bajamos hasta el pantano del Villar, y regresamos por la subida del Almendral.

Pero no contábamos con que la lluvia había dejado el camino hecho un barrizal por que el apenas se podia andar dos metros sin hundirse hasta las rodillas. Para colmo, un tractor había bajado por aquellos rampones y había acabado de solucionar la papeleta.
Ni marca de coches ni de bikers, cualquiera se aventura con aquel panorama.
Subir las rampas que llegan al 20% con la bici atascada no es plato de gusto, pero.. para que estamos nosotros, para vencer el miedo y para allá que nos aventuramos.
Con muchos esfuerzos, sufrimientos, jadeos y un par de costalazos en el barro, tocamos la pared del Almendral.
El reloj marca las 12.30, hay que darse prisa que al final acabamos a las tantas, pero es bajada, esto lo hacemos rápido. De pronto tres tiros. "Que raro", en Valcorchero no se caza normalmente, e instantes seguidos un nuevo barrenazo, solo que esta vez era de un 300, sonido inconfundible para el que tantas veces los ha utilizado.
Bufff, están dando la montería. Intentamos salir por la derecha y un silbido nos avisa.
Un caballero con coraza verde camuflaje y una chata, nos da el toque que por la verea que llevamos ahí una armada.
Por el sonido de los anteriores tiros y de los perreros, por la izquierda tampoco podemos ir.
La del centro cuñado, por medio de la montería.
No muy lejos se oyó al perrero, "Ahí va el guarro, ahí va el guarro", lo que nos hizo dar un respingo, ponernos a cantar cuesta arriba y a pegar silbidos. Mira que es difícil tararear la canción de Verano Azul mientras subes al 11%, pero cualquiera miraba a los lados. Al haber estado cientos de veces en la situación de los monteros, se de sobra, que se estarían acordando, cuando nos vieran pasar, de algún miembro de la familia mutua del Cuñao y mía. Pero mirando para abajo, y viendo la cantidad de barro que llevábamos encima, cualquiera se ponía en el lugar de los cazadores, no vaya a ser que lo que gritaba el perrero fuera por nosotros, y nos hubiera confundido con sendos Porcos.

Ya en la Ermita, a salvo de los sufridos guerreros, a plato grande y piñón chico, sin mirar atrás no sea que se escape alguna y nos toque a nosotros...

lunes, 24 de enero de 2011

EL DEL MILLON Y MEDIO DE EUROS.

Hoy te haces un test de 200, cara asustada, mirada perdida y piernas temblorosas. Esto no tiene remedio, o damos la cara o nos llevamos la de los escritos.
Listos, ya.... 28.50..... cara de circunstancias, que te ha pasado, has bajado de ese tiempo incluso sin clavos. Las piernas no van o seré yo. Ambos quizás.
Comilona de cabeza.
Sábado con el Cuñao a Hervás, el frió se nota en la punta de los dedos, el único sitio que está menos cubierto. Con las térmicas el tronco esta a salvo.
El domingo me encuentro con mi cuerpo. Rumbo a Cañaveral, y en una hora y 12 estoy a las puertas del pueblo. Mira que soy bueno, si hasta me lo voy a creer. Doy la vuelta, parece que ya he vuelto a las andadas, por mucho que doy pedales no avanzo.. Ahh, espera, será que antes el Sr. Viento me ayudaba y ahora el Maldito Viento me para. Ya decía yo que no podía mejorar tanto en un solo día.


Hay que quitarse la espina. Domingo tarde, las pistas para mi solo, no puedo aguantar el gusanillo, hay que repetir el 200.
27.27, esto ya es otra cosa, por lo menos hoy voy a dormir, mañana lunes ya veremos el 10.000.

Leo el periódico y observo que a un afortunado de nuestra ciudad le ha tocado no se cuanto, no me sale ni pronunciarlo. Voy a mirar en la cartera a ver el número que tengo. Coño, si yo no juego, ... ya decía Dios en su aparición al pobre, "hijo si quieres que te toque, por lo menos hecha un boleto".

lunes, 17 de enero de 2011

HUNDIDOS EN EL DESFILADERO




La niebla ha sustituido al agua, y la flaca sigue mirando con ojos de cordera a su compañera de mayor tamaño. Sabe que la toca esperar a que el año vaya avanzando, pero se muestra recelosa de que sus salidas interminables se hayan convertido a un ligero paseo del Thule a la puerta de la cochera para que la repasen algo el polvo.
Y como otra semana más, toco llenarse de barro, agua, y demás porquerías naturales.
De nuevo el amigo Pedro se atrevió con la aventura, y a hora temprana ya andaba incitando a los perros de los vecinos, esperando a que sus compañeros de sábado aparecieran de sus refugios y dieran la cara en la fría mañana.
La niebla era cortante, y tan espesa que a los pocos km. el agua nos caía por el casco como si estuviera diluviando. Los paisajes húmedos se habían transformado en una cortina blanca que no nos dejaba aprovechar el paisaje, pero eso sí, las rampas segúian en el mismo sitio, los mismos desniveles nos fundían las piernas y el Cuñao aprovechaba cualquier repecho para dar el palo de rigor, aunque en esta ocasión al ir Pedro, tenía una escusa para no entrar al trapo, y reservar fuerzas para la larga jornada.
El camino de Serradilla por Casas del Marco, giro a la izquierda a Empalme, Cañada real a Malpartida, y de ahí a Cuadrilleros, y ahora toca el dilema, o subimos a Santa Barbara, o buscamos un camino por mitad de la finca. La segunda opción pareció la más adecuada, los 60km ya iban pesando y hay que atender a la familia, que sino al día siguiente tenemos bronca.
A eso de la 1.30 llamo al Profe para ver que tal la competición. Primero de Extremadura en el 200. Con paso firme a los nacionales. Este no falla.

Teníamos pendiente este año ir a ver al amigo Camocho, pero entre las prematuras nieves, y los fuertes vientos que se asomaban a las cumbres, no habíamos visto el momento de visitar a nuestro entrañable picacho.

Pedro se rajó a última hora, y me alegré por él, por que la jornada que empezó con las rampas al 25% de la subida de la piscina de Casas del Monte, continuo con el puerto de 15 km, hasta el alto de la sierra, donde unas máquinas, que están arreglando el camino, han dejado la verea intransitable, con una mezcla de piedras y arcilla amarilla, que hace el dar pedales una tarea ardua y cansina. Menos mal que el desayuno estuvo a la altura.
La media al coronar del 10% de desnivel, para ir cogiendo fuerza, y a buscar el camino que nos lleve a el Torno. Bajada a la Calamocha, con un tramo en que la bici se hundió hasta el plato. Menos mal que hicimos la garza, nos amarramos al espeso boscaje que nos rodeaba y salimos del entramado, sino nos vemos como Tarzán en el fondo de las arenas movedizas.
Del Torno a Plasencia, por la margen derecha, dirección a la capital del Jerte hasta pillar la pista de Cabezabellosa.
54 Km. reales, pero en piernas con la apariencia de más de 100.
Esto de la Mtb te deja fino, los paseos por los llanos para los días de siesta.

martes, 11 de enero de 2011

EL PUENTE BAJO EL AGUA

Tal y como acabó un año comenzó el siguiente. Se comenta que año de nieves, año de bienes. Tal vez, quizás, puede, que esta década que comenzó tan horrorosamente, poco a poco se vaya enderezando. De momento lo dudo, no se ven visos de recuperación aparente.

A los que los Reyes Magos, nos dejaron buenas intenciones, queríamos celebrar el día de los regalos, con una marcha para ir quemando Kilos acumulados. Pero la sorpresa fue la misma que en jornadas pasadas. Las nubes se nos han acoplado a nuestras montañas y las opciones que nos dejan son pocas, o te mojas o entrenas en casa.

Una sesión de rodillo nunca está de más, y así el día queda completo para disfrutar de los sobrinos.

El viernes tenía asuntos pendientes. Había quedado con Charli y Santi en las pistas para hacer las series. Como la mañana prometía, de nuevo, agua, me adelante y fui haciendo la tarea, en espera de los compañeros rezagados. Al final, las mías y las suyas, para eso estamos de vacaciones. Y como por la tarde, la cosa tampoco se planteaba muy ocupada, pues hoy toca doble sesión de entrenamiento, con algo de velocidad y algunas progresiones con el amigo Félix, que parece ha picado el anzuelo del running.

Los propósitos del finde, otra vez por los suelos. El Dios de la lluvia no nos abandona, y de nuevo el rodillo, es mi mejor compañero de cochera. Pero como no podía aguantar más sin hacer algunos Km. al aire, el Cuñao se atreve y por la tarde del domingo una vueltita. La cosa acabó, como es lógica, pasada por agua, pero al menos matamos la impaciencia de aguantar día tras día sin pillar asfalto.

A ver que nos depara esta semana, de momento series......... para mejorar, hay que ir rápido, o eso dicen los que saben.

lunes, 3 de enero de 2011

1-1-11





























Por miedo, a que esta vez si, los pájaros de mal augurio, tuvieran razón, y se fuera a acabar el mundo, justo al comienzo del nuevo año, decidimos, los colegas de entrenamiento y conocidos, hacer el último esfuerzo fuerte, antes de las uvas, y correr la San Silvestre.







Tras los primeros trotes del calentamiento, la idea general estaba clara, ninguno íbamos a hacerla fuerte. El Cuñao decía que un paseo, Félix, que él no esta para estos trotes, David, que acababa de comer, Charli, que estaba pensando en la noche, Ricky, que él iba con un gorro de Papa Noel, y que con eso puesto, despacito y buena letra, incluso un perro que andaba por allí, disfrazado con cara de hombre, movía la cola y asentía a tanta burocracia.







Que lujo de paz, será la Navidad, el buen ambiente, pero...... algo dentro de mi decía, mienten, como cochinos, tu a lo tuyo.







Los niños tuvieron su momento y salieron rápido como rayos. Viéndolos, incluso tuve envidia de ellos, hay que ver como corrían, bufff, y estos son los pequeños, ya verás cuando salgan los mayores.







A eso de las 6.00, todos puestos tras la salida, orden de rigor, y allá que vamos. Miro a mi alrededor, y de pronto la buena camaradería de momentos atrás, se convierte en una frase unánime. MARIQUITA EL ÚLTIMO.







La tranquilidad, se dejó en el sillón de casa. O aprietas o te pasa hasta el Reno de Papa Noel.







Me río yo del solomillo de Contador, algunos se habían pillado al langostino Pescanova, que forma de correr.







Primeros 1.000 metros, y andamos por el 3.40, la cosa va bien, el tema es si aguantamos. Es el último día del año, y aunque las series de la mañana, supuestamente, me tendrían que haber dejado tocado, parece que ando fresco.







Primer paso por meta, la gente anima, nos sentimos protagonistas, los cuchillos se afilan, los grupos están hechos, y aquí todo Cristo aprieta.







Por más que intento reconocer alguna voz, mis piernas solo me dicen tu a lo tuyo, para mirar ya están ellos.







Punto del 3.000, el ritmo es más vivo, y aún tengo algún segundo guardado.







Con apenas 200 metros para terminar, el grupo que va en cabeza me saca apenas unos segundos. En mis orejas siento, cada vez, más insistentemente, la respiración de alguien, al que le estoy haciendo la carrera, pues se pegó a mi, en los primeros 500 metros, y todavía no se ha despegado.







Es momento de sacar a relucir la velocidad de las series, no estoy por la labor, que me coman el pan bajo el brazo, últimos 100 metros en 14 segundos. ¿Donde esta el costipado?.







Paro el reloj pasada la llegada, 14 minutos.







Recojo la camiseta de regalo y me pongo rápido antes de meta, para ir animando a los colegas que vayan llegando. Uno, tras otro van pasando, miro el reloj, y sigo con mi incógnita del principio. ¿estos no decían que iban a hacerlo lento?







El Cuñao, David, incluso Ricky se atreven con el sprint de los últimos 100 metros.







Félix, está tardando, pero vuelvo a mirar el crono, y pasan unos segundos de los 17, va en tiempo. En unos segundos le veo aparecer, me uno a él para animarle los últimos 50 metros. El olor a sangre en su boca, es facilmente apreciable. Ya hemos acabado. Casi no puede respirar, pero... lo primero que me pregunta, ¿que tiempo he hecho?, jajajajja, y yo pensando que andaba K.O. Has hecho el mil a 4.30, de maravilla.







Últimos estiramientos del año, despedidas, y cada uno a su madriguera, que hay que prepararse para la cena.














Ya el día uno, que mejor forma de empezarlo, que con un paseo por la sierra de la ciudad. Decidimos subir al Gordo a ver el nacimiento, antes que sus dueños, decidieran desalojarlo hasta el año venidero.














La sorpresa fue mayúscula cuando el amigo Félix, para reponer fuerzas, saca de la mochila una parrilla preparada para la ocasión y unos buenos chuletones. No habremos comido suficiente anoche. Seguro que sí, pero... con la pinta que tenia el vacuno, como para dejarlo pasar.














El domingo pillamos la gorda, y como tenemos que ir quemando Kg. sobrantes, decidimos hacer Km. y tirar hasta el Parque por Casas del Marco. Subidas, bajadas, y a las 12 estamos a pie de puerto de la Serrana.














No se si será el resfriado, que me ha dejado tiritando, los esfuerzos de días anteriores, o que hace semanas que no pillo la bici en serio, pero las rampas de 12%, se me hacen eternas, las piernas no responden y lo único que tengo en mente es que de aquí a casa me quedan 20 Km.














Y como de donde no hay no se saca, tuve que hacerle saber al Cuñao, que si no quería dejarme desparramado por los caminos, levantara el ritmo, que al día siguiente, volvíamos a tener entrenamiento.














76 km. el día 2 del año, con barro, agua, y subidas importantes. No esta mal para ir cogiendo forma.