lunes, 18 de enero de 2010

FINDE PASADO POR AGUA

Que el agua sea el bien más preciado del que podemos disponer en estas tierras, es algo que todos sabemos, entendemos y asumimos, pero que ese agua un día tras otro nos entre por la cabeza y nos salga por los tobillos, pues... llega a ser cansino. Si a este agua le añades el barro, la situación es esperpentica, tanto, que en vez de ciclistas parezcamos espantabichos.

El Sábado Adolfo, Félix y el presente nos dirigimos a la Heidi, sabíamos que habría barro, quizás nieve, pero contábamos que el agua no hiciera acto de presencia, y así fue, hasta mediada la ruta. Una nube algo inoportuna nos hizo saber que estamos en invierno y que estas cosas pasan, pero... hubieramos preferido que les pasara a otros. El agua entraba por el casco y salia por los zapatos, y aunque el coche y la calefacción alivio algo el desastre, raro es que no nos hayamos cogido una pulmonía.

Por si esto no es bastante, el domingo decidimos hacer la misma película. En vez de subir a Hervas, nos quedamos cerquita por si llovía. En esta ocasión Adolfo no apareció, después de la del día antes como para presentarse. En su lugar vino el cuñao, que con los huev...... bien descansados del día anterior, se presento a la aventura. Todo iba regular hasta que metidos en una calleja, nos encontramos en una bajada con un barrizal que llegaba hasta los tobillos. Si difícil era mover las ruedas, más complicado era no caerse. Pasado el trago primero nos encontramos una laguna improvisada ocupando todo el camino. A un lado pared, al otro lo mismo, la situación estaba clara o te metes por las zarzas, algo inviable o decides bañarte, tras mucho pensar, cogimos la segunda opción. El barro ya desapareció, pero en su lugar el agua llegaba a las rodillas. El cuñao en un alarde de sensatez, observo que lo mejor sería coger carretera e irnos a casa a quitarnos la mojada. Claro esta que no le prestamos caso alguno y seguimos nuestro martirio consentido. Tras esa laguna vino otra, y otra, tras el barrizal, vino otro y otro, las bicis ya no eran bicis eran barro que se movía. Los sonidos que echaban eran mezcla de chillidos, relinchos y gruñidos, un espectáculo. Y para terminar, acabo arrastrándome por el suelo tras caerme por el barro y Félix con un pajarraco que parecía un cigueño...... No hay nada que la lavadora no arregle, excepto el dolor de huesos y el catarro.

Os dejo un chiste para recapacitar, ahh y como siempre machista claro


LÓGICA MASCULINA
Una pareja que está en el juzgado divorciándose discuten sobre de la custodia de la hija.
La mujer se levanta y le dice al juez: "Yo traje a esta niña al mundo con mucho dolor y sufrimiento, la custodia me debe corresponder a mí".
El juez se dirige al marido y le dice: "¿Qué tiene que decir en su defensa?"
El hombre se sienta por un rato contemplando el ambiente y luego dice lentamente: "Sr. Juez, si usted mete una moneda en una máquina de bebidas y sale una Pepsi-cola, ... ¿de quién es la Pepsi, de la máquina o suya?".

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