lunes, 30 de agosto de 2010

TOREROS IMPROVISADOS

Para que no se nos adelantara mucha gente, decidimos el Cuñao y yo, hacer nuestra penitencia particular, pillar la bici de montaña, y meternos una sudada de consideración para ir a visitar al Cristo de Serradilla.
Aún es pronto para pedirle al Cristo que nos traiga para el año nuevo buenas nuevas, pero visto lo visto, y como el año pasado nos acercamos en Diciembre, y por lo que se ve, ya tenía hecho el cupo entero de peticiones, pues nada, iremos unos meses antes, y a esperar surja efecto. Como sigamos así, tendremos que adelantar las peticiones con varios años de adelanto.
Raudos y felices íbamos el par de pollos, tragando polvo, y con las posaderas algo doloridas, ya que tantos meses sin hacer nada con MTB, se nota.
El calor apretaba, y ya iba yo meditando que quizás no había sido tan buena idea adelantar tanto la campaña de montaña.
Llegados a una, de las tantas porteras, que por desgracia plagan nuestros caminos, comenzó el principio del fin de la aventura del sábado.
Mientras el Cuñao la cerraba, vi como de no se donde, salió, lo que parecía un ternero entrado en carnes, que poco a poco se iba alejando de nosotros. Bueno, ya dará la vuelta, porque este camino no tiene salida.
Cuando llevábamos avanzados unos 20 metros, le hago saber al Cuñao, que frente a nosotros hay un vacuno, cuya pinta, ya empezó a mosquearme. Pecho enorme, cabeza enome y sobre todo cuernos enormes. Nos quedamos mirando y me pregunta ¿de donde ha salido ese toro?, y le pregunto yo a él ¿no sera bravo?, a lo cual contesta rápido, bravo no, BRAVÍSIMO. La cosa no pinta bien, y menos aún cuando el pobre bicho, se da cuenta que el camino por el que iba no tenía salida posible y decide dar media vuelta e ir a nuestro encuentro.
El panorama no estaba claro. Si decidimos volver a abrir la portera, se nos planta frente a nosotros antes que la pasemos. Pues... campo a través. Pero como el Murlaco, por lo que se ve, nos había cogido cariño, tras nosotros que arranca.
Me veía subido a una encina a esperar que diera la vuelta, pero, ignorante de mí, el animalejo iba dirección a una portilla que estaba en el suelo, a encontrarse con el resto de sus hermanos que le esperaban bajo una sombra.
Uy madre, a esos no les habíamos visto. Por lo que pudimos apreciar, era una corrida que estaba apartada para llevarla a su sacrificio.
Por esta vez nos habíamos librado, pero para la próxima hay que tener mas cuidado.
Plato grande y piñones chico, y a recuperar el tiempo perdido.
Poco duro la alegría. Pinchazo. A cambiar rápido. Cámaras, desmontables, bombas, cien mil artilugios, y en nada en las rampas de la Herrera. Bufff, que cuestecitas, ya ni nos acordábamos.
Pero en nada, camino abajo a velocidad del viento. Plasssssssssssssss. otro pinchazo. Uggg. Cuñao, hoy no es tu día... ya te digo, contesta. Creo que al Cristo vamos a verlo otro día, porque, con esta se nos acaban las cámaras.
Otra vez cacharros fuera, y ale, a darle a la bomba de mano, a hacer ejercicio manual. Primero él, y después yo, turnándonos, para que el esfuerzo no se agrande.
Y claro, ya sabía yo que tanto gimnasio no era bueno, en una de las embestidas, una explosión hace saltar por los aires, bomba, cámara y cubierta. ! ha estallado la cámara!. La risa floja de desata, y segundos más tardes llegan las preguntas sobre nuestro futuro inmediato.
¿Y ahora que hacemos?. Ambos sabíamos la solución, pero ninguno quería decirlo primero, aunque no era cuestión de pensárselo mucho.
¿Que estará haciendo el amigo Félix?. jajajaj, pues nada, como no. Ya le echábamos de menos, y no era de buena gente, tener una buena jornada de bici sin nuestro fiel mosquetero.
La llamada pertinente a la cual rapidamente responde, y más rapidamente nos pregunta ¿donde estais, que os ha pasado?. Le explicamos la película, y ale, furgoneta y a por los dos perdidos estos.
Sábado perdido, tarde de boda, y a ver que hacemos el domingo. Pues, por que no subíamos a Piornal por Garganta la Hoya. Dicho y hecho, a Jaraiz. Luego a Garganta y a devorar este puerto que nunca habíamos hecho por esta vertiente.
94 km. y las sensaciones de haber pasado la mañana lo mejor posible. Eso sí, echando de menos a mi S-work, que no quise apurarla mucho, y la dejé descansar, esperando que este lunes, la lleve a un nuevo doctor, a ver si es capaz de curarla de sus continuas dolencias.

lunes, 23 de agosto de 2010

Una Perico Accidentada.-





Plateros y familia movieron el campamento a tierras Segovianas, para hacer la que esta catalogada como la
segunda marcha cicloturista en importancia a nivel nacional, después de la famosa QH.
Nos habíamos estado preparando para bajar de las 5.30. Sabíamos que para lograrlo tendríamos que llevar una media de 28 km/h, y aunque la cosa dependía un poco de circunstancias ajenas, tales como averías, caídas, el calor, el viento, etc, la esperanza era que lo lograríamos.
Pero pronto las ilusiones se truncaron. El amigo Félix, se lesionó, y estará en el dique seco 1 mes. Hace una semana estábamos dándole fuerte en la altiplanicie de Gredos y al día siguiente en cama. "Animo, en poco estarás de nuevo sacándonos de punto".
Ya la cosa, pues no es lo mismo, si uno de los tuyos se cae pronto del grupo.
Los males no quedaron ahí, el jueves el cuñao tuvo una recaída de las dolencias, y se quedo con menos fuerzas que una pavesa debido a los medicamentos.
Bueno..... malo, malo, al final me quedo solo.
Pero con dolencias y males, pues todos a Segovia. Como es menester, nos llevamos a la familia al completo, incluidos los dos peques, Oscar chico y Jorge, que visto lo visto, disfrutaron casi más que nosotros, poniendo patas arriba, la habitación de sus tíos, el comedor, y todo lo que pillaban a su alcance. Que se diviertan, que también tienen derecho.
El sábado noche, fuimos, como es de costumbre, a por los aluviones y por el cochinillo asado. El primero de los platos exquisito, pero el segundo, si lo comparamos con el de la semana pasada, pues...... dejaba mucho que desear, pero también comestible.
Pronto a la cama y a esperar el acontecimiento del domingo.
Cogimos un hotel que daba justo a salida de carrera, por lo que las mujeres y Félix, este con gran pena, nos dieron el último animo desde las terrazas, en el momento que nos disponíamos a dar las primeras pedaleadas.
Nervios, empujones, primeros pinchazos, pero sin ningún altercado grave, cosa rara en estos primeros metros, en los cuales todos salimos desbocados en busca de los primeros puertos.
Pronto pasamos la granja y nos metimos de lleno en las siete revueltas. El porcentaje fue subiendo, llegando en algunas rampas al 9%, pero todo sin bajar del 6%. La culebra se iba disgregando, había elementos del grupo por toda la carretera, derecha, izquierda, centro, incluso por la cuneta, cualquier parte era buena con tal de ir haciendo metros.
En nada estábamos en Navacerrada, y mientras el sol se colaba por las copas de los arboles, iluminado el bello valle que está en la falda de la estación de esquí, el comentario era generalizado. Hoy el calor nos mata.
Bajada rápida hasta Cotos, y rumbo al siguiente escollo, Morcuera.
La alegría que se veía en las caras de los más de 2.000 acompañantes, había cambiado por rostros pálidos, sudorosos y afilados como agujas.
Un puerto feo este, donde el sol te aplana y te deja en su cima con las ideas algo confusas. Por eso la organización, te planta en el alto, el primer avituallamiento, donde uno tras otro vamos cayendo en busca del tan preciado agua.
Las indicaciones que iba trasladando al Cuñao, advirtiéndole de los desniveles, bajadas y demás, se hicieron en este momento más intensas. Ten muchisimo cuidado en este descenso. Es muy rápido, pero a la vez muy peligroso, aquí es donde se concentran la mayoría de accidentes.
En pocos metros a 70, por una carretera plagada de baches y curvas, y en las primeras curvas, las temidas caídas. Pasabas como un obús al lado de algunos que estaban tumbados en la cuneta, que habían tenido menos suerte que tú, y una mala trazada, o un simple despiste, les había llevado al peor de los finales.
Hasta llegar a Miraflores pudimos ver varios trompazos, pero si te pones a pensar en ello, lo único que puedo pasar, es que se te vaya la pinza y les acompañes tú en la ambulancia.
Subida a Miraflores y en la rápida bajada la cadena que se sale del plato. Que raro. La pongo rapidamente y a las primeras pedaleadas, sale escupida como una escolopendra por el asfalto. El cuñao me dice, que hago, a lo cual le respondo, sigue, tu sigue, intentare que el primer coche de asistencia que llegue me lo arregle y sino, pues mala suerte y al autobús escoba.
Como en el día de la boda, donde los minutos parece que no pasan, mientras esperas a tu futura esposa, estaba yo sentado en un quitamiedos, con cadena en mano y S-works sostribada, viendo como pasaban cientos de ciclistas y todos exclamaban, joder que putada se le ha roto la cadena, como si yo no lo supiera, vamos.
Pero al fin, a la salida de una curva, que había metros atrás de donde estaba, veo un coche de asistencia. Ufffff, que minutos más largos, ahora solo me queda que tenga arreglo. Para rápidamente, baja y ve el chaperón, y piensa lo mismo que yo, ufffff. Que tipo es, Ufff, super record de 11, Joder que mala suerte, esta cadena tiene un troncha especial y no lo llevo, pero bueno intentaremos apañarlo. Tirate sin cadena por estas rampas y en el primer descampado paro y te espero, que aquí somos un peligro.
Ale rampa abajo, ayudandome con mis pies empujando, mientras algún cachondo pasaba y decía, asi si que vas cómodo sin dar pedales. Jaajajajaaj, ahora lo pienso y si que es graciosa la estampa, pero en aquel momento me salían rayos de la cabeza.
Al fin veo al coche que me esta esperando. Rápidamente saca troncha y en 25 segundo me ha apañado el destrozo. "Ten cuidado, no se si aguantará hasta la meta, pero....... lo intentaremos.". Le di mil gracias, le pregunte si le debía algo, y me contesto, "gracias a vosotros por estar aquí, compartiendo estos momentos". Da gusto encontrarse con profesionales tan capaces, que sin ningún tipo de animo de lucro, te arreglan lo que para otros sería un imposible".
Miro el reloj y casi media hora perdida, buffff. Pues nada, tranquilo, no forzar y a acabar.
Ya, si, bueno, eso es lo que debería de haber hecho. Pero como alma que pierde el diablo, me metí en el primer grupo que pillé, y en pocos km. era yo quien tiraba del grupo.
En la base de Cadencia, y ultimo escollo antes de los temidos 45 km finales.
Recordaba del año anterior, que este puerto se atragantaba. Los aprox. 15 km, tenían rampas muy serias, y las fuerzas ya iban justas. Pero, no se de donde, ni por donde, me vino en forma de fuerza, una inspiración, que me hizo devorarlo en menos que canta un gallo.
Si mientras estuve con la avería me pasaron 500, en las rampas de Cadencia adelante a 700, me miraban con cara extraña, supongo que pensando, de donde sacará este tipo a estas horas, esas fuerzas. Pero ya estaba arriba, y ahora lo peor.
40 grados y aire en contra, los grupos que estaban compuestos por cadáveres con la cruz a cuesta, y pasando de grupo a grupo, nadie tiraba, realmente pocos podían, y a los que aún les quedaba algo, lo reservaban para esprintar en linea de meta.
Cada relevo era un palo, los cuadrices me ardían, pero.... solo pensaba en acabar y que la cadena no se partiera de nuevo.
La subida a la Granja y ya estamos cuesta abajo, el ritmo se intensifica, y los cadáveres salen de sus tumbas con ganas de dar guerra.
5.47, buaa.... pienso. Si no es por la cadena hago un tiempazo.
Veo al Cuñao, que ha entrado pocos minutos antes que yo y me pregunta, ¿ya estas aquí?, la que te tienes que haber pegado.
Pero bueno, eso ya queda para el recuerdo en anécdotas para contar.
Y ahora que hacemos cuñao...... lo primero esperar que Félix se recupere pronto, y nosotros pues a coger kilómetros y desear que la próxima temporada tenga menos sobresaltos que esta.

lunes, 16 de agosto de 2010

EL COCHINILLO Y LA TORMENTA

Para la ocasión, nos apuntamos a una nueva aventura que el amigo Pulido había organizado por la altiplanicie de Gredos. Cuando Félix me comento el evento, rápidamente me di por apuntado, y sin mediar mucha palabra el Cuñao, hizo lo propio. Ya estamos casi todos, Zapatitos, Félix y El Cuñao, que más se puede pedir. También se unió el amigo Emilio Leno, con el cual hacía ya bastantes meses que no pedaleaba, desde la espantada de Guadalupe, pero agua pasada, que como le recordé, no merece la pena recordar.
Así pues los 5, acompañados de mujeres e hijos respectivos, 7.30 de la mañana, rumbo a Navacepeda.
Pulido, que para estas cosas es un crack, pronto nos hizo saber el planing del día. Vosotros tres, os ponéis manos a la obra en los puertos, os dais para el pelo, y cuando subais, media vuelta y volveis en busca nuestra, así, ni os aburrís, ni descansáis, y buen entrenamiento para la Perico.
Y dicho y hecho. Puerto para arriba, trozo de puerto para abajo, llegábamos a los más retrasados, y subida descansada y armoniosa hasta volver a coronar.
No tardamos mucho en subir el puerto de Peña Negra, pudiendo observar, que los 1.909 metros, ya pican en el ritmo de la respiración. Tan alto y casi ni nos habíamos enterado.
Se sucedieron el puerto de la Chia, Barajas y la plataforma, con el mismo guión que los anteriores. Hasta que aproximadamente a las 2.30 estábamos de nuevo en Navacepeda, y con bañador en mano, al Tormes a refrescarse.
Pero, como parecía que faltaba algo al día, pronto el final nos deparó lo mejor.
El amigo Emilio había encargado unos cochinillos en un mesón que él solía frecuentar. JODER, con los lechones, no recuerdo haber comido algo igual. Creo que aún nos estamos relamiendo del manjar que tuvimos la suerte de saborear.

La verdad, que sería del esfuerzo de las subidas, del frío de las bajadas y del calor insufrible de los llanos, si al final de la jornada, no tuviéramos la debida recompensa en forma de vianda.

Ya para el domingo, nos quedamos los tres de siempre, habíamos pensado por donde subir esta semana a Piornal. Como casi siempre mi opinión no contaba. Eso de meter alguna rampa del 12 para arriba, no está en el pensamiento de la mayoría, asique Zapatitos a aguantarte, y como mucho alguna al 10.

Pues bien, Barrao, Cabrero, y Piornal, bajada al Jerte y subida de nuevo a Rebollar y Cabezabellosa, vamos para que las piernas no descansen.

Y fue en Barrao donde se masco la tragedia. Al llegar a la fresca fuente que está en medio del pueblo, la cual sirve como auxilio de verano, a mayores y paseantes del lugar, decidimos como siempre, parar a repostar combustible, encontrándonos con un vecino, al cual, tras darle, como es de bien, los buenos días, le pedimos con exquisitos modales, que por favor nos dejara llenar los tanques de las bicicletas, a lo cual accedió con gran cortesía inmediatamente. Pero pronto, tanta amabilidad dominical, se vio interrumpida por un ensordecedor trueno, el cual hizo temblar los pilares del porche donde nos habíamos situado.

El Señor, que tan amablemente nos había cedido su sitio en la fuente, rechistó en voz baja, "Pues con un día tan soleado, no se de donde ha salido semejante tormenta".

El silencio se hizo de forma momentánea, lo cual era el preludio de lo que tocaba por venir, y apenas habíamos hecho cien metros, en la salida del pueblo, El Cuñao empezó con la risa floja, a lo cual siguió Félix, y continuó un servidor. Las carcajadas ya llegaban hasta Piornal, y lo que empezó con una risa picara, acabó con las fuerzas de los tres por los suelos, hasta tal punto, que el Cuñao no fue capaz de recuperarse hasta llegados a Piornal.

A rebollar, subimos como siempre, a buen ritmo, pero claro, quedaban las rampas de los ataques, poco antes de coronar el puerto que nos lleva hasta Cabezabellosa, y así fue. El Cuñao, ya recuperado, se empeñó en forzar el chicle, y en apenas 10 metros, nos habíamos puesto a 20 en las rampas que superan el 7%. Como ya al final de la jornada, no estaba por la labor, pronto hice saber a mis compañeros que yo a ese ritmo no seguía, y bajé de 20 a 18, lo cual fue de agradecer por mis dos compañeros, que rapidamente hicieron lo mismo.

En la bajada nos encontramos con el amigo Emilio Leno, el cual sabía por donde íbamos a hacer la etapa, y decidió hacer los últimos km. con nosotros. Otra semana más me libré de que me sacaran la biela por el costado en la cuesta del basurero.

En la gasolinera del Villar, saludamos a un numeroso grupo de ciclistas, que pronto descubrimos que eran de la Peña de Montehermoso, los cuales, todos, con la indumentaria oficial de la Peña, habían tirado la caña por nuestro termino municipal.

Poco antes de llegar a la glorieta de la Oliva, llegaron a nuestra altura, y tras una breve charla, ellos continuaron dirección Montehermoso, y nosotros con nuestra amigable conversación, planeando lo que será la última gran marcha de la temporada por tierras de Segovia, no sin antes preguntarles quienes de ellos irían a ver a Perico, a lo cual respondieron que casi todos.

Como casi siempre, la unión hace la fuerza, y da gusto ver a un grupo de más de 20 ciclistas, al unisono, dando pedales y sintiéndose orgullosos de los colores que llevan en sus maillot.

lunes, 9 de agosto de 2010

SOL, ARENA Y BUENAS VISTAS


Esta semana toco tomarse unos días de descaso en las arenas de Doñana. Los largos paseos con los pies descalzos mientras las calientes aguas del Mediterraneo te refrescan la caminata unido a un paisaje dunar de ensueño, hacen que los días y las horas pasen tan rapido que casi ni te enteras de que estuviste y ya estas de vuelta. Pero como todo lo bueno se termina tan rapido como un suspiro, esperaremos para meses venideros a ver si podemos repetir la experiencia.
Para acompañar, como no, eché al coche la flaca, por si entre paseo y paseo, me animaba a dar alguna pedalada.
Y claro que alguna que otra dimos. Por unos llanos que parecen interminables, donde los puertos no figuran en el perfil, y donde las prisas de los veraneantes ansiosos de sol, hacen que en vez de disfrutar de la jornada, estés más pendiente de no recibir algún susto inesperado.
Aunque merece la pena ver como amanece mientras los animales van buscando cobijo en las sombras. Observar como los flamencos descansan a una pata mientras los ciervos beben tranquilos en la orilla de las marismas. Todo lugar tiene algo distinto y agradable de ver.
Habrá que ir pensando la proxima semana en meterse una buena sesión de rampas, que la Perico está aquí en dos semanas y no es cuestión de ir sin prepararla.

lunes, 2 de agosto de 2010

RALLY PUERTO DEL RABANILLO

Una semana más de altas temperaturas, y poco a poco los días van menguando. Si hay algo que personalmente me entristece, es ver como la noche, va ganando terreno a la luz, y parece abocarnos a un destino que irrremediablemente nos llevará, de nuevo, a entrenar de noche a la luz de los focos.

Pero como hasta que eso ocurra, me quedan bastantes jornadas de bochorno, procuraré disfrutar de ellas, porque en esto yo soy al contrario de todos, a mi me encanta el calor y cuanto más mejor.

El sábado, con el fin de recogernos no demasiado tarde, habíamos planeado un par de puertos de primera. Piornal, como no, y subida a Cabezabellosa por Rebollar. Vamos lo típico. Lo único que faltaba por elegir era por donde subiríamos a Piornal, si por Valdastillas, por cabrero, o.... por que no, hoy toca por Rabanillo.

El cuñao, ya desde primera hora, nos puso en fila de a uno, y al coger el cruce de Casas del Castañar, los primeros arreones, y como lo mío el sábado, era ir de coña, prometí no quitar el plato hasta llegar a Piornal. Pero si yo andaba con fanfarronadas, el resto no iba a permitirme tales desmadres y al pasar por Cabrero, no se quien, decidió tirar por Rabanillo y a subir a Piornal por las fuertes rampas del Barrao.

Unas sonrisillas descubiertas asomaron en el rostro de los acompañantes. Si quieres ser un burro, rebuzna con las rampas al 11%, pero como el burro, más bien se queda en potrillo, rapidamente quité el plato y deje los alardes para mejor ocasión, para regocijo del personal.

La bajada por rabanillo esta de escándalo. Bufff, es jugársela en cada curva, con baches que son pozos, y sombras en todos los giros.

Como el bajar deprisa no es lo mío, Félix, El Cuñao y el que escribe, fuimos tomando los quiebros, entre conversación amena y frenadas en seco. Pero, justo al tomar una curva a izquierda apareció un bache traicionero, que de ancho tendría dos metros y de profundo más de 30 cmtos. que unido a que no se veía nada por el cambio de sol a sombra, nos hizo tirar de frenos y poner a prueba los Superrecord, que una vez más confirmaron el por que son tan elevados de precio.

Peor suerte tuvo el amigo Adolfo, el cual había quedado algo rezagado en las rampas de subida, y como Kamicaze en busca de objetivo, tomó la bajada de Rabanillo con intención de alcanzarnos, antes de que empezáramos el tramo duro. Pero, a esa velocidad, distinguir y poder frenar a tiempo es algo más complicado, y de lleno callo en el socabón, dejándose allí las dos cubiertas y media llanta.

Una llamada de teléfono, nos aviso del percance y para atrás a buscar al compañero perdido. Y cuando estábamos comentando la jugada aparece un nuevo ciclista a unirse a la fiesta de los reventones, el cual fue a parar justo al lado nuestro. Con cara de pocos amigos nos explica, que creé que ha reventado en el mismo sitio que nosotros. La verdad no hay que ser demasiado listo para saber donde lo había hecho, y creo que todos los que hayan pasado por allí ya se habrán dado cuenta.

Tras una charla corta con el nuevo invitado, se queda parado mientras arregla el tubular y comenta en tono asombrado... ! Tenéis buenas máquinas!, a lo cual Félix, con su acostumbrado buen humor responde, un golpe de suerte mire vd. "En la última marcha que tuvimos, vimos un Thule, con las cuatro bicicletas acopladas, y sin mediar palabra, cogimos y las cambiamos por nuestro remolque jerrumbroso, con nuestros hierros incorporados, ya que según los antiguos dueños de los Ferrari de las dos ruedas, lo que teníamos nosotros eran antiguallas, y quedarían de vicio en un museo". Y a partir de ahí, pasamos del acero al carbono.

Tras las risas de rigor, el traguito de agua y a continuar con la agotadora jornada. Parada obligatoria en la fuente del calcio, que para nuestra sorpresa estaba seca. Algún garrulo de pueblo ha decidido que el agua es para los del pueblo y los de fuera que se refresquen en otra fuente.

De nuevo parada en Valdastillas y allí sí, el agua fresquita para llenar los depósitos, y para Rebollar, que el calor aprieta.

De nuevo el cuñao se empeñó en sacarnos la lengua fuera de la boca, pero esta vez, no picamos y le dejamos que se diera el piro en busca de la siguiente fuente donde nos estaría esperando.

Bajada a el Villar, y en esta ocasión se nos acopla un nuevo invitado, y este mucho más desagradable. Un viento pestoso, se empeñó en darnos la coña de cara hasta la llegada a Plasencia. Aunque despues de lo visto, no me vino nada mal, así se le quitaron las ganas a mis acompañantes de darme, por donde amargan los pepinos, sacándome de punto en la subida al basurero.

Jornada terminada y planeando la del domingo.

Félix me había comentado que hay una subida bastante fuerte del Puerto de Bejar a la Garganta. Y debe serlo porque en apenas 3 km. sube del valle a la sierra, casi en vertical.

Pero de camino, decidimos que mejor para otro día que viniera El Cuñao, el cual no había venido porque tenía que currar, y tomamos rumbo a la Garganta por Baños de Montemayor. "Esta subida es la menos fuerte a al Garganta", me comento Félix. Joder, le dige yo una vez culminada, pues del 8%, hemos bajado en pocos tramos, de los 5 Km, de subida. Será que las piernas el domingo no andaban como la jornada anterior.

Un café en Hervás, disfrutando del fresquito de las terrazas a horas tempranas, y rumbo a casa, a descansar que el lunes es día de escuela.