lunes, 30 de agosto de 2010

TOREROS IMPROVISADOS

Para que no se nos adelantara mucha gente, decidimos el Cuñao y yo, hacer nuestra penitencia particular, pillar la bici de montaña, y meternos una sudada de consideración para ir a visitar al Cristo de Serradilla.
Aún es pronto para pedirle al Cristo que nos traiga para el año nuevo buenas nuevas, pero visto lo visto, y como el año pasado nos acercamos en Diciembre, y por lo que se ve, ya tenía hecho el cupo entero de peticiones, pues nada, iremos unos meses antes, y a esperar surja efecto. Como sigamos así, tendremos que adelantar las peticiones con varios años de adelanto.
Raudos y felices íbamos el par de pollos, tragando polvo, y con las posaderas algo doloridas, ya que tantos meses sin hacer nada con MTB, se nota.
El calor apretaba, y ya iba yo meditando que quizás no había sido tan buena idea adelantar tanto la campaña de montaña.
Llegados a una, de las tantas porteras, que por desgracia plagan nuestros caminos, comenzó el principio del fin de la aventura del sábado.
Mientras el Cuñao la cerraba, vi como de no se donde, salió, lo que parecía un ternero entrado en carnes, que poco a poco se iba alejando de nosotros. Bueno, ya dará la vuelta, porque este camino no tiene salida.
Cuando llevábamos avanzados unos 20 metros, le hago saber al Cuñao, que frente a nosotros hay un vacuno, cuya pinta, ya empezó a mosquearme. Pecho enorme, cabeza enome y sobre todo cuernos enormes. Nos quedamos mirando y me pregunta ¿de donde ha salido ese toro?, y le pregunto yo a él ¿no sera bravo?, a lo cual contesta rápido, bravo no, BRAVÍSIMO. La cosa no pinta bien, y menos aún cuando el pobre bicho, se da cuenta que el camino por el que iba no tenía salida posible y decide dar media vuelta e ir a nuestro encuentro.
El panorama no estaba claro. Si decidimos volver a abrir la portera, se nos planta frente a nosotros antes que la pasemos. Pues... campo a través. Pero como el Murlaco, por lo que se ve, nos había cogido cariño, tras nosotros que arranca.
Me veía subido a una encina a esperar que diera la vuelta, pero, ignorante de mí, el animalejo iba dirección a una portilla que estaba en el suelo, a encontrarse con el resto de sus hermanos que le esperaban bajo una sombra.
Uy madre, a esos no les habíamos visto. Por lo que pudimos apreciar, era una corrida que estaba apartada para llevarla a su sacrificio.
Por esta vez nos habíamos librado, pero para la próxima hay que tener mas cuidado.
Plato grande y piñones chico, y a recuperar el tiempo perdido.
Poco duro la alegría. Pinchazo. A cambiar rápido. Cámaras, desmontables, bombas, cien mil artilugios, y en nada en las rampas de la Herrera. Bufff, que cuestecitas, ya ni nos acordábamos.
Pero en nada, camino abajo a velocidad del viento. Plasssssssssssssss. otro pinchazo. Uggg. Cuñao, hoy no es tu día... ya te digo, contesta. Creo que al Cristo vamos a verlo otro día, porque, con esta se nos acaban las cámaras.
Otra vez cacharros fuera, y ale, a darle a la bomba de mano, a hacer ejercicio manual. Primero él, y después yo, turnándonos, para que el esfuerzo no se agrande.
Y claro, ya sabía yo que tanto gimnasio no era bueno, en una de las embestidas, una explosión hace saltar por los aires, bomba, cámara y cubierta. ! ha estallado la cámara!. La risa floja de desata, y segundos más tardes llegan las preguntas sobre nuestro futuro inmediato.
¿Y ahora que hacemos?. Ambos sabíamos la solución, pero ninguno quería decirlo primero, aunque no era cuestión de pensárselo mucho.
¿Que estará haciendo el amigo Félix?. jajajaj, pues nada, como no. Ya le echábamos de menos, y no era de buena gente, tener una buena jornada de bici sin nuestro fiel mosquetero.
La llamada pertinente a la cual rapidamente responde, y más rapidamente nos pregunta ¿donde estais, que os ha pasado?. Le explicamos la película, y ale, furgoneta y a por los dos perdidos estos.
Sábado perdido, tarde de boda, y a ver que hacemos el domingo. Pues, por que no subíamos a Piornal por Garganta la Hoya. Dicho y hecho, a Jaraiz. Luego a Garganta y a devorar este puerto que nunca habíamos hecho por esta vertiente.
94 km. y las sensaciones de haber pasado la mañana lo mejor posible. Eso sí, echando de menos a mi S-work, que no quise apurarla mucho, y la dejé descansar, esperando que este lunes, la lleve a un nuevo doctor, a ver si es capaz de curarla de sus continuas dolencias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario