lunes, 2 de agosto de 2010

RALLY PUERTO DEL RABANILLO

Una semana más de altas temperaturas, y poco a poco los días van menguando. Si hay algo que personalmente me entristece, es ver como la noche, va ganando terreno a la luz, y parece abocarnos a un destino que irrremediablemente nos llevará, de nuevo, a entrenar de noche a la luz de los focos.

Pero como hasta que eso ocurra, me quedan bastantes jornadas de bochorno, procuraré disfrutar de ellas, porque en esto yo soy al contrario de todos, a mi me encanta el calor y cuanto más mejor.

El sábado, con el fin de recogernos no demasiado tarde, habíamos planeado un par de puertos de primera. Piornal, como no, y subida a Cabezabellosa por Rebollar. Vamos lo típico. Lo único que faltaba por elegir era por donde subiríamos a Piornal, si por Valdastillas, por cabrero, o.... por que no, hoy toca por Rabanillo.

El cuñao, ya desde primera hora, nos puso en fila de a uno, y al coger el cruce de Casas del Castañar, los primeros arreones, y como lo mío el sábado, era ir de coña, prometí no quitar el plato hasta llegar a Piornal. Pero si yo andaba con fanfarronadas, el resto no iba a permitirme tales desmadres y al pasar por Cabrero, no se quien, decidió tirar por Rabanillo y a subir a Piornal por las fuertes rampas del Barrao.

Unas sonrisillas descubiertas asomaron en el rostro de los acompañantes. Si quieres ser un burro, rebuzna con las rampas al 11%, pero como el burro, más bien se queda en potrillo, rapidamente quité el plato y deje los alardes para mejor ocasión, para regocijo del personal.

La bajada por rabanillo esta de escándalo. Bufff, es jugársela en cada curva, con baches que son pozos, y sombras en todos los giros.

Como el bajar deprisa no es lo mío, Félix, El Cuñao y el que escribe, fuimos tomando los quiebros, entre conversación amena y frenadas en seco. Pero, justo al tomar una curva a izquierda apareció un bache traicionero, que de ancho tendría dos metros y de profundo más de 30 cmtos. que unido a que no se veía nada por el cambio de sol a sombra, nos hizo tirar de frenos y poner a prueba los Superrecord, que una vez más confirmaron el por que son tan elevados de precio.

Peor suerte tuvo el amigo Adolfo, el cual había quedado algo rezagado en las rampas de subida, y como Kamicaze en busca de objetivo, tomó la bajada de Rabanillo con intención de alcanzarnos, antes de que empezáramos el tramo duro. Pero, a esa velocidad, distinguir y poder frenar a tiempo es algo más complicado, y de lleno callo en el socabón, dejándose allí las dos cubiertas y media llanta.

Una llamada de teléfono, nos aviso del percance y para atrás a buscar al compañero perdido. Y cuando estábamos comentando la jugada aparece un nuevo ciclista a unirse a la fiesta de los reventones, el cual fue a parar justo al lado nuestro. Con cara de pocos amigos nos explica, que creé que ha reventado en el mismo sitio que nosotros. La verdad no hay que ser demasiado listo para saber donde lo había hecho, y creo que todos los que hayan pasado por allí ya se habrán dado cuenta.

Tras una charla corta con el nuevo invitado, se queda parado mientras arregla el tubular y comenta en tono asombrado... ! Tenéis buenas máquinas!, a lo cual Félix, con su acostumbrado buen humor responde, un golpe de suerte mire vd. "En la última marcha que tuvimos, vimos un Thule, con las cuatro bicicletas acopladas, y sin mediar palabra, cogimos y las cambiamos por nuestro remolque jerrumbroso, con nuestros hierros incorporados, ya que según los antiguos dueños de los Ferrari de las dos ruedas, lo que teníamos nosotros eran antiguallas, y quedarían de vicio en un museo". Y a partir de ahí, pasamos del acero al carbono.

Tras las risas de rigor, el traguito de agua y a continuar con la agotadora jornada. Parada obligatoria en la fuente del calcio, que para nuestra sorpresa estaba seca. Algún garrulo de pueblo ha decidido que el agua es para los del pueblo y los de fuera que se refresquen en otra fuente.

De nuevo parada en Valdastillas y allí sí, el agua fresquita para llenar los depósitos, y para Rebollar, que el calor aprieta.

De nuevo el cuñao se empeñó en sacarnos la lengua fuera de la boca, pero esta vez, no picamos y le dejamos que se diera el piro en busca de la siguiente fuente donde nos estaría esperando.

Bajada a el Villar, y en esta ocasión se nos acopla un nuevo invitado, y este mucho más desagradable. Un viento pestoso, se empeñó en darnos la coña de cara hasta la llegada a Plasencia. Aunque despues de lo visto, no me vino nada mal, así se le quitaron las ganas a mis acompañantes de darme, por donde amargan los pepinos, sacándome de punto en la subida al basurero.

Jornada terminada y planeando la del domingo.

Félix me había comentado que hay una subida bastante fuerte del Puerto de Bejar a la Garganta. Y debe serlo porque en apenas 3 km. sube del valle a la sierra, casi en vertical.

Pero de camino, decidimos que mejor para otro día que viniera El Cuñao, el cual no había venido porque tenía que currar, y tomamos rumbo a la Garganta por Baños de Montemayor. "Esta subida es la menos fuerte a al Garganta", me comento Félix. Joder, le dige yo una vez culminada, pues del 8%, hemos bajado en pocos tramos, de los 5 Km, de subida. Será que las piernas el domingo no andaban como la jornada anterior.

Un café en Hervás, disfrutando del fresquito de las terrazas a horas tempranas, y rumbo a casa, a descansar que el lunes es día de escuela.

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