lunes, 9 de agosto de 2010

SOL, ARENA Y BUENAS VISTAS


Esta semana toco tomarse unos días de descaso en las arenas de Doñana. Los largos paseos con los pies descalzos mientras las calientes aguas del Mediterraneo te refrescan la caminata unido a un paisaje dunar de ensueño, hacen que los días y las horas pasen tan rapido que casi ni te enteras de que estuviste y ya estas de vuelta. Pero como todo lo bueno se termina tan rapido como un suspiro, esperaremos para meses venideros a ver si podemos repetir la experiencia.
Para acompañar, como no, eché al coche la flaca, por si entre paseo y paseo, me animaba a dar alguna pedalada.
Y claro que alguna que otra dimos. Por unos llanos que parecen interminables, donde los puertos no figuran en el perfil, y donde las prisas de los veraneantes ansiosos de sol, hacen que en vez de disfrutar de la jornada, estés más pendiente de no recibir algún susto inesperado.
Aunque merece la pena ver como amanece mientras los animales van buscando cobijo en las sombras. Observar como los flamencos descansan a una pata mientras los ciervos beben tranquilos en la orilla de las marismas. Todo lugar tiene algo distinto y agradable de ver.
Habrá que ir pensando la proxima semana en meterse una buena sesión de rampas, que la Perico está aquí en dos semanas y no es cuestión de ir sin prepararla.

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