Así es como nos quedamos el amigo Félix y yo el Sábado, cuando pertrechados para hacer una ruta seria, nos encontramos con que la habían suspendido. Menos mal pensé yo, por que para que negarlo con la que se venia encima de agua, la lógica podía más que las ganas.
Al final dimos una vueltita y otra calada más, la segunda en el fin de semana.
El domingo no estaba por la labor de volver a mojarme, y pensé que mejor aguardar en cama a mejores días, pero como las ganas pueden más que la razón, al final por la tarde enganche al Cuñao para que estrenara su bici nueva.
Encontramos por la travesía a varios compañeros de la Peña, y al añorado Pulido, que solamente por verlo, ya mereció la pena salir a dar pedales.
Esta semana otra más y espero esta vez que el agua nos respete.
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