martes, 1 de junio de 2010

UN FIN DE SEMANA CUALQUIERA

Como un finde cualquiera encaramos el pasado. Para la ocasión nos faltó el Cuñao que andaba de trabajo, y aunque intento empalmar, el cansancio pudo más que las ganas.
Decidimos subir Honduras, que hacía ya unos meses que no visitábamos, y como siempre, cada vez que subimos, decimos lo mismo, para que movernos de nuestro entorno si aquí tenemos todo lo que podemos desear.
Lo afrontamos por la parte dura, como no podía ser de otra forma, así, la horrorosa bajada que nos aguarda a la otra parte se nos haría más corta.
A buen ritmo, como casi siempre, fuimos merendandonos una a una todas las rampas, para acabar en el alto, con un merecido descanso, un buen trago de agua y una barrita, que hay que recuperar que aún nos queda mucho para llegar a casa.
El retorno lo hicimos por Segura de Toro, para que vamos a desperdiciar un día sin disfrutar de otro puerto.
Al final los 115 km, me supieron a poco, y por ello decidí acompañar a los colegas a subir el domingo el Tornadero.
Aunque la jornada del domingo fue más corta, no por ello fue menos intensa.
Ya no recordaba las fuertes rampas que llevan al Caozo, pero me vino bien ponerme a prueba, y en un alarde de valentía, quise poner un poco de mordiente subiendo las rampas del 17% y di un pequeño palo, al que el Cuñao salto sin apenas inmutarse, dejándome más sentado y que estaba antes de darlo, pero con el inconveniente de quedarme las piernas tiritando.
Para que el rebaño siguiera sin sustos inesperados, el ritmo que puso el Cuñao en el puerto del Piornal, no dejó oportunidades para probarlo, y si para demostrarnos que está un punto por cima de los demás, jajaj bueno dos por cima mío.
Al final en la bajada se nos enganchó Adolfo, y a ritmo de batalla, regresamos de nuevo al punto de origen.
Para este sábado la movida es subir Honduras, Tornavacas y Piornal, uggg, a ver a que hora acabamos.

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