martes, 22 de junio de 2010

¿Y AHORA QUE........?





Los Plateros (Félix, Oscar, Adolfo, y el que escribe), afrontamos el gran reto del año, la QH2010.
Era la gran cita para todos, y unos más y otros mucho más, estábamos nerviosos por el devenir de la prueba.
Mi moral estaba por los suelos, ya que afrontaba la marcha con una lesión en una de las rodillas, que me impide ponerme en pie en la bici sin ver las estrellas.
Como sabía lo que me esperaba, fui a ver a mi amigo Quique Cubino, y le pedí algún consejo de como poder hacerla con la pierna en estas condiciones. Sus esplicaciones fueron claras, esta semana no toques la bici y en la marcha, CADENCIA Y CADENCIA, no esfuerces más de lo debido en los puertos, porque después vendrá otro peor, y claro pillate un buen cullote que amortigue el paso de las horas.
Y así lo hice. Muy a pesar mio y con mucha pena, vi pasar a un ciclista tras otro en Jaca, todos entrenando, pero ni se me ocurrió pillar la S-Work.
La recogida de dorsales fue, como son estas cosas, mucho lío, mucha gente y mucho ruido.
Ya todos juntos en Sabiñanigo, ya que yo fui un par de días antes para reconocer el terreno, nos pusimos un poco en órbita de como iría todo.
La noche la pasamos, la mayoría en vela, pensando en lo que nos venia encima, y yo pensando aún más en mi rodilla, manejándola toda la noche y pidiéndola que no me la jugara al día siguiente.
La salida, fue.... como tenía que ser, mucha gente, mucho barullo, y algún que ostro Hostión prematuro, vamos lo de siempre, pero más por que el número de personas era mayor.
El sol brillaba, y nada hacía presagiar la que nos esperaba unos km. más allá.
El Cuñao y Felix, salieron a saco, y pronto me dejaron compuesto y con mi solitaria presencia junto con varios miles de ciclistas.
Pronto las primeras nubes, acompañadas de un viento infernal de cara, empezaron a atizarnos. En Canfrant, la leve llovizna, se convirtió en chubasco abundante, y de ahí a peor. A medida que subíamos Somport el tiempo era peor y peor. Pronto empecé a ver como muchos daban la vuelta, y algunos iban diciendo, no subais, no subais que esta nevando.
Nevar no dudo que lo hacía, pero vamos, lo tenía clarisimo, o la rodilla me la jugaba o malo es que no acabara.
Para ser el primer puerto, se me hizo algo largo, quizás el paso del calor al frío me dejo algo tronchado, como a todos supongo, y más aún cuando alguna de las rampas me marcaba el 10%.
Tanto es así que el primer avituallamiento lo pasé sin detenerme, en busca de coronar, para lanzarme a la larga bajada que me llevaría, a lo que para mi era el gran escollo del día, el temido Marie Blanc.
Si en el primer puerto abandonaron 1.200 ciclistas, en la bajada de este, abandonaron otro mogollón. La hipotermia se apoderó de todos, y en vez de bajar el puerto a velocidad elevada, la mayoría lo hizo a paso de tortuga, lo que ampliaba el frío que se metía dentro.
Los que íbamos quedando, contábamos lo mismo, ojala llegue pronto la subida. Y esta no se hizo esperar. Allí estaba el Marie Blanc. Yo sentadito sin dar una pedalada más fuerte que otra, comencé el puerto sabiendo que las rampas que me esperaban en los últimos 4 km erán lo peor de la marcha. Y llegaron pronto, el silencio era sepulcral. Solo alguna respiración agitada se oía en la montera que íbamos subiendo, bueno y el animo de los sufridos espectadores, que con más merito que los ciclistas aguantaron estoicamente la que estaba callendo.
Pronto algunos echaron pie a tierra y decidieron terminar la subida a pie. Sabía de sobra que el desnivel no bajaría en ningún momento del 10%, y que en muchos tramos subiría por cima del 14%, pero...... todo se sube, y así pasó.
El terrible Marie Blanc, dejó paso a una corta bajada y a un llano que se hacía largo y más con la que seguía callendo. Los bonitos paisajes, en el corazón del parque de los Pirineos, quedarán para el año que viene, por que lo único que veíamos era agua y niebla, incluso en algún momento algún granizo que otro.
Y ya estaba allí, el último gran escollo de la jornada, Portalet. El puerto interminable, por que sus 30 km. de subida ininterrumpida, pone a cada uno en el sitio que se merece. Los tramos al 5%, eran los mínimos, y cada vez más se iban encadenando el 7%, 8%, e incluso alguno por cima de los 2 díjitos.
Un avituallamiento específico a 9 km de coronar, nos dio a todos la fuerza para acabar el lance e ir tomando rumbo a la meta.
Los neveros al coronar, me hicieron recordar que andabamos por los 1.800 m. de altura, y las 4 vacas que nos encontramos en la bajada, campando a sus anchas, como si aquello no fuera con ellas, por mitad de la carretera, poner aún más atención a una odisea a la cual la quedaban pocos km. bueno.... como se mire, porque de ahí a meta 50.
Si larga es la bajada de Somport, no menos la es la del Portalet, la cual acaba en una curva que nos lleva a la tachuela de la Hoz de Jaca. Para algunos la puntilla del día. Una corta subida de apenas 3km pero con rampas que superaban el 17%, aunque al final la media era del 8.5%.
El numeroso público asistente, daba animo en cada una de las pedaladas y decía ya estas arriba, y yo pensaba, joder que pronto se acaba esto, .... pero bueno....... para algunos esos ánimos fueron los que le salvaron de poner un pie a tierra, que alguno que otro decidió dar, ya que sus fuerzas no estaban para afrontar lo poco que quedaba.
La imagen del día fue para mí, el ver como una chica era metida en uno de los coches de los mecánicos, cuando apenas faltaban 20 km. estaba desconsolada, llorando, impotente, por haber llegado hasta ahí y que los calambres la hubieran llevado a una caída inoportuna en lo más fácil.
En los últimos llanos antes de la llegada, y sabiendo que estaba hecho, puse el plato y el piñon chico, lanzándome, favorecido por el aire de cara a una llegada que se me antojaba lo mejor que me había pasado en mucho tiempo.
Pasada la meta, llamé al Cuñao para ver donde andaba, el cual estaba algo preocupadillo por mi estado, alegrándose rápidamente al verme aparecer bastante más entero de lo que todos imaginaban.
El resto del día, de la cena, del desayuno y del viaje, fue lo mismo, comentar las batallitas, y quedar casi clara una cosa que al menos yo, a no ser que pase algo que me lo impida, el año que viene repito, si me toca claro.





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