lunes, 13 de septiembre de 2010

RECUPERANDO EFECTIVOS.-

Huerfano de compañeros, el sábado decidí darme un paseíto e ir a ver como andaba de clara la mañana por Piornal. Salida a las 8.30, con el fresco de la mañana, pillar las rampas fuertes del camino vecinal que nos lleva a las Casas, y el resto con cadencia, para no calentar mucho los motores.
Antes de llegar a la entrada de Piornal, suena el teléfono. El amigo Félix, que ya medio recuperado de las dolencias, ha salido a dar una vuelta, y como no quería pegarse la de aupa, venía al encuentro del compañero solitario.
Bajada rápida, pasando como un rayo por el Cabrero, y en menos de 10 minutos me planto a la entrada de las Casas, donde lo veo subiendo como un jabato.
La pregunta típica, ¿No ibas a tomarlo con calma estos primeros días?, la risa de costumbre, el trago de agua y rumbo al punto de origen.
A las 11 en casa. Suerte que tenemos de estar en apenas 15 km, a pie de un puerto de primera.

El domingo, ya en compañía del cuñao, decidimos tirar la caña por la Crta. de Salamanca, y subir el puerto de la Garganta por Hervas.
Ascenso entre robles y castaños, con una temperatura que no llegaba a los 15 grados, las rampas fuertes que se van sucediendo, el ritmo que va subiendo, y solo queda el último km, con el desnivel del 11.

Ya estamos arriba, y en plena bajada el amigo Félix, que viene de camino a nuestro encuentro.

A las 11 en el pueblo de las tres mentiras, tomando café en el Hogar del pensionista.

!Que buena pinta tienen esas croquetas, Cuñao!, Bufff, anda y esas empanadillas. Mejor, arrancando, que sino veo que hoy echamos aquí la comida.

Como no, aire en contra, no hay un día que nos aliemos con él. 110 km. y una media de 28Km/h, y eso que íbamos a ir a pasear.

Por la tarde, arma en mano, Félix se apunta a la berrea. Cambiamos la bici por el rifle. No es buen cambio, sobre todo para los mal afortunados cervunos que tienen la mala suerte de toparse en el camino.

La semana que viene, más.

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