LOS DOMINGUEROS

La casualidad hace que acabe en mis manos la portada de la prensa diaria del noticiario de turno. El morbo vende, el sufrimiento más y el dolor ajeno es lo más cotizado entre fotógrafos  caza recompensas.
A mis cuarenta sigo sin comprender como un ser humano puede presumir de noticia sacando el rostro desfigurado de un niño muerto.
Mi pregunta es si en este jodido mundo en el que vivimos, alguna vez existieron esos valores que tanto añoramos.

Pocos días antes en otro rotativo, esta vez extranjero, eran mostradas unas instantáneas en las que podíamos  ver la imagen exterior de este país en el que vivimos.
Los políticos de turno, pronto, llamaron a la rebelión dialéctica y pusieron en pie de guerra a sus más incondicionales seguidores.
Cierto es que esas mismas imágenes las podemos ver en cualquier país del mundo desarrollado, pero no menos cierto es, que desde fuera, nuestra imagen es la de unos desgraciados medio muertos de hambre que solo piensan en fiesta y pandereta.

La solución está cercana, según nuestros dirigentes , los cuales envolviendo las mentiras en papel de regalo, nos machacan todos los días con la palabra de que estos ajustes son necesarios y por el bien de todos.

Mi reflexión, imagino, que será la misma que la del resto de los sufridos ciudadanos, "COMO LOS MISMOS QUE NOS HAN METIDO EN ESTO, TENGAN QUE SACARNOS, ESTAMOS APAÑADOS".

Por lo demás, seguimos en esa fase de entreno sin descanso y preparación para la próxima temporada. La forma de ver como andamos a estas alturas es sencilla, si llegas al viernes noche con las suficientes fuerzas, ahí te están esperando las dos ruedas, para que el sábado y el domingo, las des candela en cualquiera de los múltiples montes que nos rodean.
El problema aparece con tanto afanado dominguero, los cuales salen a buscar fortuna y a gastar lo menos posible en estos días de temperaturas de ensueño.
 Te los encuentras  de lo mas variopinto, fosforito, rosa, con mochila, sin casco, bicis plegables... pero hay una especie, que es la verdaderamente temible, la cual, sin miedo al quien habrá tras la curva, ponen sus monturas a velocidades que aveces superan los 40 km. por una pista llana de apenas 2 metros de anchura y llena de obstáculos de cuatro patas.
Esos si que tienen peligro. Vaya.... miro el cuenta de la bici y resulta que vamos a 42......Ahora comprendo porque cuando nos cruzamos con alguien, menean los brazos desesperadamente... Va a resultar que no es que nos estén saludando, sino que se están acordando de nuestros más directos familiares.
Por si acaso mejor no parar a preguntar, quizás otro día sea mejor momento.-