lunes, 17 de enero de 2011

HUNDIDOS EN EL DESFILADERO




La niebla ha sustituido al agua, y la flaca sigue mirando con ojos de cordera a su compañera de mayor tamaño. Sabe que la toca esperar a que el año vaya avanzando, pero se muestra recelosa de que sus salidas interminables se hayan convertido a un ligero paseo del Thule a la puerta de la cochera para que la repasen algo el polvo.
Y como otra semana más, toco llenarse de barro, agua, y demás porquerías naturales.
De nuevo el amigo Pedro se atrevió con la aventura, y a hora temprana ya andaba incitando a los perros de los vecinos, esperando a que sus compañeros de sábado aparecieran de sus refugios y dieran la cara en la fría mañana.
La niebla era cortante, y tan espesa que a los pocos km. el agua nos caía por el casco como si estuviera diluviando. Los paisajes húmedos se habían transformado en una cortina blanca que no nos dejaba aprovechar el paisaje, pero eso sí, las rampas segúian en el mismo sitio, los mismos desniveles nos fundían las piernas y el Cuñao aprovechaba cualquier repecho para dar el palo de rigor, aunque en esta ocasión al ir Pedro, tenía una escusa para no entrar al trapo, y reservar fuerzas para la larga jornada.
El camino de Serradilla por Casas del Marco, giro a la izquierda a Empalme, Cañada real a Malpartida, y de ahí a Cuadrilleros, y ahora toca el dilema, o subimos a Santa Barbara, o buscamos un camino por mitad de la finca. La segunda opción pareció la más adecuada, los 60km ya iban pesando y hay que atender a la familia, que sino al día siguiente tenemos bronca.
A eso de la 1.30 llamo al Profe para ver que tal la competición. Primero de Extremadura en el 200. Con paso firme a los nacionales. Este no falla.

Teníamos pendiente este año ir a ver al amigo Camocho, pero entre las prematuras nieves, y los fuertes vientos que se asomaban a las cumbres, no habíamos visto el momento de visitar a nuestro entrañable picacho.

Pedro se rajó a última hora, y me alegré por él, por que la jornada que empezó con las rampas al 25% de la subida de la piscina de Casas del Monte, continuo con el puerto de 15 km, hasta el alto de la sierra, donde unas máquinas, que están arreglando el camino, han dejado la verea intransitable, con una mezcla de piedras y arcilla amarilla, que hace el dar pedales una tarea ardua y cansina. Menos mal que el desayuno estuvo a la altura.
La media al coronar del 10% de desnivel, para ir cogiendo fuerza, y a buscar el camino que nos lleve a el Torno. Bajada a la Calamocha, con un tramo en que la bici se hundió hasta el plato. Menos mal que hicimos la garza, nos amarramos al espeso boscaje que nos rodeaba y salimos del entramado, sino nos vemos como Tarzán en el fondo de las arenas movedizas.
Del Torno a Plasencia, por la margen derecha, dirección a la capital del Jerte hasta pillar la pista de Cabezabellosa.
54 Km. reales, pero en piernas con la apariencia de más de 100.
Esto de la Mtb te deja fino, los paseos por los llanos para los días de siesta.

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