lunes, 21 de marzo de 2011

UNA PRIMAVERA ANTICIPADA

La primavera se hizo sentir un par de días antes de su verdadero comienzo.
Un calor pegajoso, nos hacía tener unas sensaciones extrañas antes de dar comienzo a la prueba. Parecía que estábamos dormitando, como si la siesta que ese día no nos había tocado, quisiera hacer acto de presencia .
Todo duró lo que tardó en darse la salida.
Sin los mejores de la región, que andaban disputando el campeonato de España, a excepción de Juan Carlos, era una oportunidad única para no piciarla y meterme arriba.
El recorrido plano de bici, con solo una zona un poco más complicada, me venía como venido del cielo.
La carrera a pie, bien, sexto, en el grupo de cabeza. Transición al principio muy rápida, luego con los nervios, no logro poner los pies bien en las zapatillas y pierdo unos segundos, pero estoy ahí.
A unos metros tengo a los de cabeza, pero veo como irremediablemente se van alejando. Plato y piñón chico pero no logro más que alejarme. Correr con una doble este tipo de pruebas, es como hacer velocidad con una zapatillas de fondo. Llegan por detrás y me pasan un par de corredores. Estos de donde han salido, me pego como puedo, sufro para mantener la rueda. Me piden relevos, pero al ver mi cara lo que hacen es darme palo tras palo a ver si me quedo.
A ese ritmo echamos mano a otro grupo intermedio con el de cabeza. La carrera se pone algo más cómoda, llegan otro par de ellos por detrás. Vamos 7, en principio me viene bien.
Último y único tramo algo complicado antes de entrar a la transición. Uno con prisas me adelanta y se cae a mis pies. Freno en seco y bajo de la bici, se sale la cadena. Como puedo la meto pero pierdo más de un minuto. Salgo pitando, pero a estos ya no los alcanzo. Entro en boxes, y en apenas 5 segundos estoy fuera corriendo, ni yo me creo como he podido hacerlo tan rápido. Un participante que andaba quitandose el casco ha visto como entraba y salía antes que el fuera capaz de calzarse. Ahora toca recuperar posiciones.
Pero en este deporte un minuto es un mundo. Antes de terminar la prueba hago un esfuerzo y paso como un cohete a uno que se puso delante. Para alcanzar a los otros me hubiera hecho falta otros 2.000 metros.
Al final noveno en la general y segundo en mi categoría.
Antes de la carrera lo hubiera firmado. Después de haberla corrido, no paro de pensar en mi inexperiencia y en mi facilidad para estar siempre en todos los fregaos.

A ver si en Malpartida, con el doble de kilómetros lo hago mejor y no crispo.

Ya el domingo quedamos los de siempre para hacernos la rutita domestica. Una cosa sencilla, para relajar tras la paliza del día anterior.
Advierto que no ando fino y que vayamos tranquilos. Caso omiso. Carretera de Cáceres dirección Serradilla, el plato desde la salida y hasta el cruce de Mirabel, no hemos bajado de 35. El Cuñao parece querer hacer leña del árbol caído, llevándonos con el gancho un día más.
Primeras rampas que nos acercan al alto del castillo. El plato hoy no lo quito. Tenso la goma, miro para detrás pero se ha roto. Félix me alcanza en la bajada y me advierte que como sigamos así se da la vuelta. Risas generalizadas, y en menos que pía una pájaro hemos pasado Serradilla y estamos subiendo el puerto que nos lleva al cruce de Talaván.
Me dan otro palo en el llano y me quedo cortado. A 53 con todo metido y no los alcanzo. Ya pararán.
A las puertas de Torrejón nos encontramos con Leno y Pulido que andan haciendo la ruta a la inversa. Saludo rápido y rumbo a Peña Falco. Me meten otro palo a la salida de una curva y me vuelvo a quedar cortado. Es que no aprendo, pero para la tercera ya no me pillan. Lo intentan una y otra vez, pero no logran dejarme de rueda.
110 km a una media de 30, con alguna que otra tachuela interesante.
A estos dos los espero en Covatilla. Espero que las fuerzas no me fallen y al final quede en ridículo en mi terreno.

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