lunes, 19 de diciembre de 2011

LA PRIMERA DEL AÑO

Con la salida del otoño se ha colado el frío del invierno y con él las terroríficas heladas que asolan nuestros maltrechos huesos en estas jornadas prenavideñas.

La térmica, los guantes y el gorro fosforito se han convertido en las prendas obligatorias en cualquiera de los entrenos diarios, da igual mañana o tarde, estos complementos son parte irreemplazable del resto del vestuario.

La semana empezó tranquila tras la competición del domingo pasado, pero el martes se torno negro con las series de 250. Ya no recordaba lo que era crispar desastrosamente en una de mis jornadas. Cinco series a tiempo y con buenas sensaciones, dejaron paso a otras dos en las cuales los tiempos de desorbitaron, y lo que es peor, con un envenenamiento por lactato que me ha tenido pati tieso el resto de la semana.

Como no hay mal que cien años dure, el finde ya repuesto, era el momento para cambiar impresiones con la mtb, y tras la deserción del sábado, el domingo era el día perfecto para darle algo en buena compañía.

Como casi siempre el Cuñao anduvo más fino que yo, aunque lo mejor del día fue un sol radiante que alegró la jornada a más de un aventurero.

A ver que nos depara la semana entrante........ supongo que más de lo mismo, divertirse lo máximo posible dentro del esfuerzo.

Para que veamos lo mal pesados que somos los hombres, adjunto reflexión hecha por uno de nosotros en situación de agonía:


El marido estaba en estado de coma. Salió y entró de ese estado por meses y, aún así, su mujer permaneció a su lado todos los días.

Un día que él despierta, le pide a su mujer que se acerque y con lágrimas en los ojos, le dice:

¿Sabes qué? Siempre has estado a mi lado en cada momento malo.Cuando fui despedido del trabajo, me diste ánimo, cuando mi negocio quebró, estuviste ahí, cuando me dispararon, estuviste a mi lado, cuando perdimos la casa, te quedaste aquí mismo, cuando mi salud empezó a decaer, estabas ahí mismo, a mi lado.... ¿Sabes qué? ¿Qué, querido?, preguntó ella sonriendo, a medida que su corazón se llenaba de ternura... - Pa'mi, que me traes mala suerte..

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