lunes, 27 de febrero de 2012

QUE VIENEN LOS GRISES



Hace ya bastantes décadas, que ciertas pandemias nacionales, se habían dado por extinguidas.
Con la apertura del nuevo año lectivo, algunas culebrillas inquietas, han decidido protestar por los abusos a los que día tras día nos estamos viendo sometidos.
No es que sea algo nuevo, la realidad es que las verdaderas movilizaciones, siempre vienen de la parte más joven de la masa, pero ciertamente es que ya no estabamos acostumbrados a estos movimientos.
Si en mis años mozos, se me ocurría formar parte de alguna revuelta estudiantil, que el Señor me cogiera confesado, por que si mis padres se enteraban, las collejas volarían tras mi persona sin saber por donde me venían. Ahora, los padres, lejos de aquellos tiempos pasados, apoyan, con mejor o peor criterio, a unos hijos algo más aventajados.
Así, si al Delegado del Gobierno de turno, se le va la mano, y da la orden de:"Yesca al mono, que es enemigo", la respuesta, lejos de lo esperado, no es la de salir huyendo, sino la de aguantar amarrados, hasta que los reaparecidos grises, hoy azules, dan con sus implacables porras en el mentón de todo bicho viviente.
Luego lo de siempre, disculpas y consecuencias para el más bajo de la pirámide, pero que les quiten los cogotones a los sufridos viandantes.

Por lo demás, y volviendo a lo nuestro, esta semana, tocaba de nuevo calzarse las voladoras y darle fuerte a las escasas reservas que van quedando a estas alturas de campaña.

En esta ocasión el lugar para medir fuerzas fue Navalmoral de la Mata. Un plano en los dos segmentos a pie unido a un circuito de mtb, de plato grande y piñón chico, que hizo las delicias de los más fuertes, y la desesperación de los menos aventajados en el esfuerzo del pedal.

Para allá que me llevé en esta ocasión al Cuñao y a Víctor Carrón, que se quisieron unir a la fiesta en la categoría de relevos.
Si uno anda bien con las zapatillas, ni que hablar tiene de la fuerza del Cuñao con las dos ruedas, o si no que se lo digan a mis pobres pulmones, que semana tras semana, tienen que mantener calma para no salir despedidos en cualquier rampa.
Con este panorama, el par de principiantes, se las veían felices antes del comienzo de la contienda, todo lo contrario a como acabaron al final de las hostilidades, con caras alargadas y sangre en la garganta.
Todos van a dar el máximo, y siempre hay algún rival que te hace poner al limite de tus facultades.
Si las victorias con sufrimiento son las más recordadas, tiempo tendrán para recordar su metal, porque trabajo les costó llevarse el premio.

En mi caso, la experiencia obtenida a través de las semanas, me llevaba a estar algo más tranquilo antes del pitido de inicio. Los rivales son los mismos, alguno que falta y algún otro que no conozco, pero al final las liebres son las de siempre.

Como de costumbre se sale rápido, aunque no al ritmo matador de pasados envites. Los de siempre en cabeza, alguno que se descuelga, pero el hueco se hace ya en la primera vuelta.
Me agarro, esta vez sí, al grupo de los elegidos, dejando que mis piernas hagan su labor kilómetro tras kilómetro. Acaban los primeros 5.700 metros a pie y me encuentro bastante fresco. No he querido apurar por seguir al primero, la guerra conmigo mismo empieza en el sector de la mtb, mi único objetivo es perder lo menos posible. Caigo algunas posiciones, los milagros no existen, aunque el circuito no me va tan mal como en otras ocasiones. Todos los músculos de las piernas me piden un respiro tras la primera vuelta, aunque lejos de lo solicitado, me conformo con jugar un poco con los piñones para aprovechar las bajadas.
Llego sexto y de nuevo me calzo las Fastwitch. El 5º lo llevo a unos 150 metros, y en apenas unos minutos me pongo a su altura. Sigo con mi ritmo sintiendo su respiración en mi cogote, por más que tenso, más y más sufre, pero no se despega, al final la rapidez de la juventud, ante el deleite de los presentes, me devuelve de nuevo al 6º y meritorio lugar en un apretado sprint final.
De nuevo el 1º en Veteranos que era mi único objetivo antes de empezar la prueba.

Domingo de reflexión con paseo suave aprovechando las buenas temperaturas. Los músculos parece que me han dado una tregua, a ver como se plantea el 10.000 del lunes.

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