lunes, 6 de febrero de 2012

UN VASO MEDIO LLENO



La tan temida ola de frío llegó, y con ella un viento del norte que quedaba petrificado todo lo que tocaba.
Hacer series con este panorama nunca suele traer buenos resultados, aunque lo único positivo de ello, es hacerlas y si te he visto no me acuerdo.
Con semejante orilla, afrontar la primera prueba de duatlon de la temporada, no era lo más idóneo, pero como el tiempo no entiende de preferencias, ahí estaba para lo bueno y lo malo.

Madrugón, a las 5.30 de la mañana arriba, a las 6.30 pilla trastos y rumbo al destino. Dos horas de viaje. A las 9 tocamos destino, allí no hay puesto nada. Esto comienza a las 10 horas y mucho me temo que a esa hora no salimos. Al final todo comienza sobre las 10.45. Buena planificación.
La desesperación continúa al ver el escenario. Un plano rodeado de viñedos, sin vestuarios, duchas, ni cuarto de baño. El público que animaba estaba formado por alguna que otra oveja y un caballo desbocado que estuvo a punto de dar con sus inmensas nalgas en alguno de los participantes.

El circuito de a pie en alguno de los tramos de apenas 2 metros de ancho, separado por peligrosas estacas y curvas reviradas. El de bicicleta muy rápido, con algún que otro tramo peligroso por la arenilla suelta sin ninguna dificultad.

El desenlace para mi persona, lejos de lo esperado. Una posición muy retrasada en la general, muy malas sensaciones en la bici y no estar a la altura deseada en la carrera a pie.

Es la primera de la temporada, aparte del cansancio lógico, no he tenido ningún disgusto en forma de lesión. Nos hemos divertido y hemos cumplido el tramite.

A la espera de tiempos mejores queda toda una semana para meditar.-

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