Una semana de toma de tiempos junto con la aparente calma que te da el no tener ninguna prueba el fin de semana, sería a simple vista, un escenario perfecto para el descanso mental y físico.
Al contrario de lo planeado, los distintos test, dejaron tras de si un indice de cansancio mayor del esperado y una fatiga mental semejante a cualquier competición.
Para rematar la faena, y ante la inminente llegada de los duatlones, había que recobrar las sensaciones, ya un poco olvidadas, que te proporciona la mtb. Para ello, el sábado incluimos en la agenda un circuito de lo más duro que podríamos plantear. Lo peor no fueron los 86 km, sino el terreno elegido para hacerlos, donde las fuertes rampas, que llegaron a alcanzar el 25% de desnivel, se mezclaron con un firme irregular, que nos dejaron los riñones pasados por el mortero.
El domingo era día de reflexión, y para ello tomamos rumbo a las Casas para no hacer ascos al puerto que le precede. Otros 50 km. en talega y con la mente puesta en la semana entrante.-
Lo que no mata engorda, y si esta ha sido la semana de descanso, como serán las siguientes. De momento, si nada lo estropea, primera prueba del calendario en Aceuchal.
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