lunes, 5 de noviembre de 2012

PACTO DE CABALLEROS

La sorpresa llegó en forma de correo electrónico. Una mención de honor como mejor atleta de mi club, ganada a base de buenos resultados y sobre todo mucho esfuerzo y sudores.
Da gusto rodearse de amigos que en los buenos momentos te felicitan por tus éxitos y en los malos te apoyan y ayudan.

Las circunstancias han hecho que el próximo año defienda los colores de otro club, lo cual no implica que no me sienta identificado con mis antiguos compañeros de vestimenta.

En apenas una semana volvemos de nuevo al barro, con más ganas que nunca y con la esperanza de terminar el año, al menos, tan bien como este.

Por lo demás, las semanas de preparación han dado para todo tipo de sensaciones.
Por una parte días de no encontrarme ni con mi sombra, con dolores extraños y falta de aliento en cada zancada.
Otros días de sentirme como un tiro, acabando las series con más ganas que cuando las empecé, y sin apenas molestias musculares.

Lo importante es que he tenido tiempo de hacer algunos entrenos con los de siempre y que nunca fallan, sacando alguna que otra hora a la apretada agenda, disfrutando en buena compañía.

Como no podía ser de otra forma, incluí en mi entreno semanal una horita  de piscina con el pequeño Alejandro, que lejos de aterrorizarse por lo desconocido, disfrutó a su temprana edad, de la nueva experiencia como si llevara meses haciendo lo mismo.

El cuñao parece que ha perdido su miedo a la pista, y ya anda desempolvando viejas experiencias, metiendo tiempos que ya les gustaría a muchos que lo hacen a diario.

Muchas aventuras y las mejores las que vendrán.

No hay comentarios:

Publicar un comentario