lunes, 27 de diciembre de 2010

LOS ULTIMOS DEBERES DEL AÑO











Como es de bien, tradición y costumbre, antes que finalizara el año, teníamos que ir a visitar al Cristo de Serradilla, para agradecerle cuanto bueno nos ha pasado, y para pedirle que el año próximo, estemos todos, por lo menos, igual que este.
Como las peticiones eran muchas, y como además traía en la mochila, algunas otras que me habían encargado, pues nada, en vez de un velón, le encendimos 5, que el año es largo, y es de bien nacido ser agradecido.
En vez de trasladarnos en bici, esta vez, lo hicimos a pie, y como en esto de las distancias del zapato, no estamos muy doctos, salimos de Empalme, pensando que la travesía se nos haría más larga, pero nada, los 23 Km, que separan ese punto de Serradilla, los devoramos el Cuñao, Félix y el que escribe, en apenas tres horas.
Hay que decir en nuestro favor, que con el frío que hacía, con temperaturas a dos grados bajo cero, o movías el culo, o se te pegaba al suelo, asique, mejor pasito rapido que así terminamos antes.
El brindis de rigor, que para eso estamos en navidades, el cafetito, y a visitar el olivar que tenemos en Mirabel.
El sábado día de descanso, algo de rodillo y a despejar las piernas. Ya el domingo, habíamos decidido visitar Caparra, y cual fue mi sorpresa, cuando al ir a recoger al Cuñao, me encuentro al amigo Pedro esperando a la puerta.
Esto si que es una visita inesperada, ya hacía meses que no coincidíamos, pero esto de empezar a temprana hora a dar pedales, es lo que tiene, se junta más personal, que luego hay que pasear con la familia y no es cuestión de llegar a a hora de la merienda.
Era cuestión de probar fuerzas y ver como andaba nuestro invitado, y no tardamos mucho en dejar la amable conversación para darle de los lindo por los caminos del canal.
Hasta el cruce de la Vía de la Plata un paseo, ahora empieza lo bueno. La helada tierra, se convirtió en Helado agua, y de pronto nos vimos engullidos en un sin fin de lagunas, que nos ponía de barro hasta las orejas. El pedalear zambullidos en el agua, no suele traer consecuencias buenas, aunque en esta ocasión, ninguno de los tres acabamos de bruces en un charco, aunque creo que a más de uno, la garganta esta mañana, le esta poniendo tiritando.
Historias de un domingo en buena compañía......

No hay comentarios:

Publicar un comentario