LO MEJOR, LOS AMIGOS

Los días de otoño son lo que tienen, a unos de viento, otros de agua.

La semana se paso como si tal, al igual que la anterior, con río revuelto y pocos pescadores.

Algo nos mojamos, como no podía ser de otra forma, aunque la sarna todavía no llega a picar en exceso.

Los entrenos de calidad, poco a poco, van dejando al descubierto mis carencias. Ese segundo en el 200, que aparentemente es insignificante, hace que al acabar la jornada el ácido láctico te salga por las orejas. Es lo que hay.

A esos días de penuria disfrutada, les siguen otros de machaquina más asumible.

Algún gracioso, ajeno a la disciplina diaria, te recomienda algún truco barrio bajero, para que el esfuerzo sea menor..... en fin, esto no tiene otra ciencia, y los atajos por los caminos acaban hundiéndote en el barro.

El sábado una de rodillo, ¿por que me gustará tanto semejante artefacto?.

Al domingo, no se le veía mejor intención, pero una llamada a última hora, me permitió poder disfrutar de los míos por tierras de Hervás.

Esta vez no fue la tan añorada Heidi. Para la ocasión la marcha de mtb "Caminos del Ambroz", nos llevó por terrenos menos costosos, aunque eso sí, para algunos, como si se tratara de la más terrible subida al Angliru.

Jairo (hijo de nuestro añorado Félix), no quiso perderse la ocasión de rendir homenaje a su padre, por esas tierras que tantas y tantas veces habíamos devorado juntos.

Para la ocasión, le servimos de escuderos, como antes lo hubiéramos hecho con el que ya no podrá acompañarnos, el que escribe y el incombustible Cuñao, que lejos de quedarse en casa descansando tras la jornada de trabajo, dio la empalmada, y sin dormir ni una hora se unió a la fiesta.

Por fin un día pudimos disfrutar de los amigos, del paisaje, de las subidas.... en fin, pasarlo bien sin llevar el gancho en la garganta.

No era ocasión para ello, aunque más de uno miró para atrás buscando a los que siempre están por delante......... ya habrá tiempo para más.