lunes, 21 de noviembre de 2011

UNA MAÑANA EN EL PARQUE DE ATRACCIONES



Todavía hay quien dice que cualquier tiempo pasado siempre fue mejor, que la mejor época de su vida es la de la niñez, que el crecer es como la llegada del otoño, primero te arrugas y después se te caen las hojas u otra cosa.

Como siempre, yo a lo opuesto, cualquier tiempo futuro siempre será mejor, cualquier experiencia venidera será el resurgir de la primavera.

Para confirmar lo dicho, este sábado, nos dábamos cita en las instalaciones deportivas del Cuartillo, en Cáceres, lo más atrevido del deporte extremeño y foráneo.

Ha empezado la temporada de cross, y muchas son las pruebas que se desarrollan a nivel nacional.

A nosotros nos tocó participar en la más cercana y no por ello menos dura.

Un circuito de barro hasta las rodillas, unido a una fuerte lluvia, eran los ingredientes perfectos para una diversión asegurada.

En lo que se refiere a los nuestros, primero les toco a Oscar e Iván. David no pudo cumplir con la cita por motivos laborales. Solo serían 400 metros entre hierba, tierra y agua, pero... que duros se hacen cuando pones a tope la máquina.

Como siempre cumplieron, aunque como pasa en estos casos, la falta de experiencia previa, les relegó a posiciones más retrasadas de lo que por calidad se merecen. El próximo día no creo que caigan en los mismos errores.

Minutos más tarde empezaba lo realmente duro. El cross largo, era lo que la mayoría de los espectadores esperaba. Salida rápida y en escasos 300 metros estamos disfrutando en el lodazal.

Me encuentro de miedo y me atrevo a hacer las dos primeras vueltas con los de cabeza. La lógica y el fango se encargaron de relegarme a posiciones más retrasadas en la tercera vuelta. Mi posición es esta, y ciertamente miro a los compañeros de grupo, y que casualidad, son los mismos que he tenido en otras competiciones pasadas. Alguno que otro nuevo que no conozco, pero de los demás están todos. El nivel es parejo entre la mayoría, y por mucho que se intente, los grupos naturales se hacen rapidamente.

Giros cerrados, resbalones, corredores al suelo, esto es una pista de patinaje. La dureza del circuito es mayúscula, pero eso justo es lo divertido de este tipo de pruebas.

En linea de meta la sonrisa es la nota predominante entre los que han terminado. Todos hemos disfrutado como niños, como si nos hubieran soltado en un parque de atracciones, lejos de la mirada de los cuidadores. Como se recuerdan épocas de niñez revolcandose en la tierra, solo faltaban los columpios y carruseles.

El puesto muy bueno para mis habilidades en este terreno y para mi valía como running. Pero me quedo con el placer de disfrutar sufriendo de lo que más me gusta.

Ya el domingo, el tiempo nos dio una tregua y pillamos la gorda dirección a terrenos de Casas del Castañar. Como siempre en esa zona el terreno pica para arriba, los porcentajes son altos y los paisajes son de los que merece la pena sentir. Una jornada de reflexión en pleno delirio de votaciones. La conversación amena con el Cuñao y el cuenta cuentos de la experiencia pasada.

Semana entrante de duro entreno que nos conducirá a la próxima cita en Torrejoncillo. Alegría para el cuerpo, la niñez ha vuelto a mis 40 años.

Como el jardinero no saque pronto la tijera larga de podar, me veo corriendo hasta pruebas de velocidad...... El tiempo y las lesiones nos despejarán el futuro.


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