lunes, 9 de julio de 2012

CON UN PAR

El reto de enfrentarte a tu primera prueba competitiva arrastra no solo un esfuerzo físico, sino otro más importante que es el psicológico .
El miedo al ridículo, a no estar a la altura o simplemente a no terminar una carrera, hace que la mayoría se lo piense muchas veces antes de decidirse.
Por lo general el empujón final te lo tiene que dar un tercero, el cual te animará al intento o simplemente te preparará la jugada para que no te quede otra que dar la cara.


En esta ocasión la victima de la osadía ajena fue Nuria, hermana del presente y esposa del Cuñao, la cual se vio inmersa en un par de días, en un lío en forma de prueba popular, que lejos de lo que pudiera parecer, se las traía por la dureza del recorrido.-
Un circuito de 2.200 metros, al que había que afrontar tres veces, con una bajada muy peligrosa y una subida continuada de más de 800 metros con un porcentaje medio superior al 12%.
Claro está que este detalle no le fue comunicado minutos antes de empezar la competencia, sino seguro que a lo mejor un repentino retorcijón de tripa, hubiera dado al traste con el comienzo de la carrera.

Como no podía ser de otra forma, acabó como una más el recorrido marcado, aunque el estado de su cuerpo en algunos de los tramos del trazado, podría haber hecho pensar que no entraría en meta. (Mientras una gallina cacareaba con dos niños agarrados de la mano).

El punto de partida ya está marcado, ahora ya es difícil engañarla para que haga la siguiente prueba. Es momento de comprobar si el gusanillo de la competición se la ha metido en el cuerpo.

Por mi parte, una semana muy floja de fuerzas con parón obligado el martes, no era el mejor de los preámbulos para lo que me tocaba afrontar. Pero como esto no se sabe hasta que no se termina, a la hora de la verdad y cuando las rampas exigían el máximo, las fuerzas no flaquearon, terminando en primer lugar general de la prueba de turno. Llevaba varias semanas rozando el primer lugar del cajón, no ya en mi categoría, donde en este tipo de pruebas me las veo casi siempre en lo alto,  sino en la general, en la cual tengo que luchar con lebreles de entidad considerable.

Semana de reflexión, esperando que el próximo sábado la suerte nos sea propicia.

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