
A la herencia de hace pocas semanas me remito. No me quiero perder una y a veces eso me lleva a sufrir de lo lindo en la última parte de la prueba.
Pero las escusas no caben en mi vocabulario, y por mucho que intentemos tirar de ellas cuando las cosas no salen como planeamos, la realidad es que simplemente en ocasiones estás mejor y en otras peor, la lógica no tiene más respuesta.-
Con esta tesitura, afrontaba el día de 1 de Mayo, la que es sin duda mi carrera preferida, "El CROSS SUBIDA A LA ERMITA DEL PUERTO".
El porqué de tal devoción es sencillo, es mi ciudad, es un terreno en el cual entreno todas las semanas, y por último es un circuito que se adapta a la perfección a mis características.

Fin del tramo y para arriba. Mil quinientos metros con una media superior al 10% por la calzada romana. Piedras, resbalones y lo difícil es no pararse. Aquí sí es donde se marcan las diferencias y las piernas hacen justicia a las fuerzas de cada uno.
Los osados pagan el esfuerzo extra de la rápida bajada y el aliento desaparece en la solana de Ermita. Animo de los espectadores presentes que disfrutan de lo lindo del sufrimiento ajeno.
Hago buenos los pronósticos y meto más de un minuto a mi perseguidor.


Podría haber disfrutado de estos metros reconstruyendo mi sufrido rostro, pero eso no vale para quien está acostumbrado a dar todo sin dejar nada para el día siguiente. Aplausos y felicitaciones, todo perfecto para quien mira, yo sigo ciego y sin enterarme de nada no quito mis ojos del crono para ver cuanto he sacado de diferencia.
Al final marco 18 minutos y 45 segundos. Tiempo calcado al año anterior.
En los últimos metros eche de menos las piernas que desgaste tres días antes en Coria.
Ahora toca días de calma y la semana próxima de nuevo a la tarea.
Ya estoy mirando al calendario y programando la próxima aventura.
Mención especial para Nuria, que día tras día va mejorando su rendimiento, se va dando cuenta de sus posibilidades y va encajando el sufrimiento.-
Pillo el lote de Ibéricos que le correspondían por ser segunda de su categoría.
Ya hay quien piensa en no admitir en las pruebas a todo aquel que se apellide Izquierdo.
Lo bueno está por llegar en las piernas de los retoños.
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