lunes, 16 de noviembre de 2009

Y POR FIN LLEGO LA LLUVIA

El sábado decidimos que fuera un día tranquilo, el domingo teníamos que darle fuerte en Hervás
y por ello no queríamos castigarnos mucho. El cuñao tenía curro, Pedro con él, Adolfo jodido del estomago, Jose Luis e hijo de bautizo; al final Felix y yo. Decidimos ir a Garguera a ver un roble centenario cuyas ramas, según dicen, son las más largas que existen en este tipo de árbol. Y el espectáculo mereció la pena. Dejamos el coche a la salida del pueblo para coger un camino que parecía llano, pero como siempre se volvió inclinado rápidamente. Plato chico y a jugar con los piñones, una buena subida, llena de hojas, castañas, erizos, piedras,muchas piedras, una niebla que se metía por todo el cuerpo y el agua, que por fin hizo acto de presencia.
No fue mucha, y ciertamente no hace mucha gracia calarse, pero viendo el estado del campo, bienvenida sea. Por lo demás hicimos 19 km, con una trialera que sin agua no tendría mucho peligro, pero con las piedras como cubitos de hielo, opté, creo que inteligentemente, en hacer unos 200 metros andando por que sino veía que acababa en algún huerto haciendo compañía a los cerezos.
Lo del domingo ya son palabras mayores, día estupendo, nada de agua, una ruta que prometía, con la subida de Segura de Toro, de la cual todos hablaban, y la cual yo no conocía, y me preguntaba (¿para tanto será?). Esta vez se unió Jose Luis y el hijo, el cuñao seguía currando y Adolfo con sus problemas de estomago.
Creo que el nombre del Otoño Mágico le viene como anillo al dedo, el paraje precioso, ya conocía algo de la ruta, pero lo más interesante no.
Y paso lo que tenía que pasar, antes de salir mucho nervio, como siempre, parece mentira que sean unas rutas no competitivas pero que todos nos lo tomemos como si fueran las últimas que hacemos.
Primer tramo controlado por miedo a una bajada en asfalto muy peligrosa donde todos los años alguno se estampa.
Pasada la bajada, vía libre, ale, ale, a darle todo el que pueda. Ugggg, chispas de las piedras salían, en la primera bajada me pasaban hasta por cima, joeerrr decía yo, alguno de estos me manda al barranco, pero bueno, una vez llegado el llano empezó la calma. Los mejores como siempre delante, plato grande y a jugar con los piñones. Todos íbamos aguantando, (todos los que habían quedado en el grupo de cabeza, que ya no pasaban de 10), pero km tras km, los cadáveres iban haciendo hueco y había que irlos adelantando por donde podíamos. Y llego la famosa cuesta. Felix venía aún conmigo. La miro y digo, sí que es empinada sí, pero mejor para mí, por que así me acerco más al grupo de cabeza, el cual estaba ya formado por 5, y que me había sacado en la última bajada unos 200 metros. Pero estos no eran de medio pelo, sino de pelo y medio, y si yo iba bien, ellos iban igual de bien, e irlos recortando un metro me costaba cada vez más. Alguno se callo del grupo y fui pasándolos, ..... A la entrada de Casas del Monte enlace con ellos y todos juntos a el primer avituallamiento. Ciertamente mereció la pena el esfuerzo, recompensado con dos plátanos y un Acuarius.
Felix llego algunos minutos después, ya que se retraso en la cuesta, pero ni vi cuando se quedo, bastante tenía yo con mantener la verticalidad en las rampas.
Como tocaba reunificación de grupo, los minutos iban cayendo, y algunos pobres llegaban como fantasmas sobre dos ruedas, pero... eso ya lo sabían antes de salir.
Decidimos empezar la segunda parte, Felix y yo, un minuto antes que el resto, ya que había una bajada muy peligrosa, y una vez cogida fuerzas, algunos iban a tomárselo como la última esperanza para que se los viera delante. Al final ese par de minutos o algo más fue lo que sacamos al llegar a meta antes de los mejores del grupo que poco a poco iban llegando.
La organización de maravilla y por 5 euros tuvimos dos avituallamientos, revista, camiseta, miel, joder un poco más y nos dan de comer.
Cuando íbamos de regreso a casa a eso de las 2 menos veinte, y cuando ya habíamos estado con el resto de bikers charlando desde las 12.30 o así que llegamos, vimos por la carretera de acceso principal a Hervás los últimos valientes, madre mía estos si que tienen mérito. En los 20 km finales les habíamos metido mas de una hora....

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