martes, 3 de noviembre de 2009

FIN DE SEMANA LARGO Y NO DAN NADA POR LA TELE

Un título plagiado de una canción del genio Calamaro, pero... así se puede resumir este corto puente. Otoño primaveral, ganas de disfrutarlo, fuerzas para ello y en fin todo casi perfecto.
Podremos resumir el finde en tres capítulos.
Les daremos el título.-Honduras,Pinote,Calama, para que así sea más explicativo del contenido.


HONDURAS.-No diré que la noche antes dormí a pierna suelta por que no es verdad. A eso de las 5.20 me desperté, tras haber estado intranquilo hasta ese momento, y no volví a pegar ojo. No puede ser que con casi 38, todavía me ponga nervioso cada vez que tengo que hacer algo distinto a lo normal.
En esta ocasión, a petición mía, teníamos previsto subir el puerto de Honduras, paso entre el Valle y Hervás. Zona que en invierno es practica mente de locos subir en bici, pero que como el tiempo acompaña pues... habría que superarlo.
Era de esos retos que aún no había acometido. Todos los grandes puertos de la zona ya han sido superados, pero este, por unas causas u otras no lo había hecho hasta el momento. Los pájaros del mal aguero, que les hay y muchos, ya me advirtieron, uggg es un puerto muy largo, los 8 primeros km. muy duros, bla, bla, bla, lo de siempre. Pero como aún creo en los milagros, a alguno de ellos les invite a acompañar nos, pero.. el milagro, no se produjo, cuando aprenderé que no soy Jesucristo, y fuimos a la aventura los de siempre. En esta ocasión se unió Jose Luis, pero falló el cuñao, que tenía que trabajar.


Y ya que el guión estaba escrito, procedimos a cumplirlo. Felix, empezó como siempre, muy fuerte, para abrir hueco entre los que están agraciados con mejores piernas y los que se conforman con subir. A los dos km, me dijo tu tira a lo tuyo que yo bajo el ritmo, y así lo hice.
No soy partidario de dejar atrás al compañero, pero... en esta ocasión tenía que ver el tiempo que tardaba. Rampas y rampas, pensé erroneamente que la subida eran 16 km. uggg. no hijo no, 17.500, y lo que pensé que sería un tiempazo, se quedó en un buen tiempo. Al final 56.26, y comentado con los que saben de esto, y no engañan dicen que esta muy bien. El animo que no me falte, pero no creo que pueda subirlo más rápido.
Poco a poco fueron llegando el resto, primero Felix, luego Jose Luis, y por último Adolfo, al cual fui a buscar para que se le hicieran más cómodos los últimos Km.
No es que la subida fuera lo único interesante del día, pero si lo más destacable. De los otros 74 km, restantes de la etapa, pues nada plato, alguna cara de apuro, y poco más.

PINOTE.- El domingo ya fue otro día , y aunque corto, en lo que a la bici se refiere, no por ello menos intenso. Para la ocasión la compañía cambió. Como teníamos que celebrar el día de los carbotes en el campo, pues... había que estar pronto en casa. El cuñao se animó claro, y Pedro, que podríamos decir que RESUCITO DE SUS CENIZAS, por que hacia meses que no le veía a mi lado montando en bici.
Moral no le faltaba, y según él, había estado entrenando por ahí con otros aficionados. Su frase durante la semana era, "os voy a quitar las pegatinas", y no dudó en montarse en el maquinario del cuñao para que así fuera.
Y supongo que así sería su sueño, pero... en la primera rampa ya se dío cuenta que el guión no era el correcto, y el sueño feliz se convirtió en pesada. Unos 35 km,. con algunas rampas fuertes es suficiente para que nos demos cuenta que hay que entrenar más.
Despues de la barrita de rigor, una bajada complicada, más que por el desnivel, por los pedruzcos que se van acumulando por las lluvias y que al no pasar ningún coche, nadie quita; llegamos a la carretera y para casa tranquilo, que el susto ya se lo había metido el cuñao con una señal en forma de moratón en una pierna y tres pequeñas cuchilladas con forma de diente de plato en la otra.





CALAMA.- Y ya el lunes, volvimos a hablar de temas mayores. Este año era la segunda vez que afrontaba esta ruta, pero sigo pensando lo mismo, es la más completa y bonita que he hecho en todo lo que he andado con la bicicleta de montaña. Las sierras de Zarza de Granadilla encierran una serie de tesoros que solo a pie o con las dos ruedas se pueden descubrir. Nada más coger el cruce del camino que nos lleva al Calama, cientos de ciervos nos daban la bienvenida, y no es exagerar, nada de eso. Por todos los cerretes asomaban cabezas que al escuchar el ruido que hacen las cubiertas con las piedras, miraban a nosotros asombrados. Una nueva forma de acosarnos dirían ellos, artos de disparos, perros y demás formas de perseguirles, pero nada más lejos de la realidad, bueno jajajajjajja, pensándolo bien, yo acose cuesta abajo a una pobre cervata chica que asustada corría despaborida mientras yo, a apenas 10 metros, jadeaba. Cual será el horror que tendría que pego con una portera y la abrió con las patas. Tendré que decir a mi favor que la cierva no sufrió daño alguno y que la portera estaba formada por dos puntales y una alambrada.

Pero una vez pasada la aventura con los ciervos y metidos más en montaña, la cosa se empezó a poner muy cuesta arriba, y km, y km y km, que aunq no son demasiado duros al principio van cayendo, y cayendo hasta que las rampas ya van cogiendo un talante mas empinado. Así una tras otra hasta que acabamos en una al 21%, la cual para algunos es dura, pero para otros es la salvación, por que es la escusa perfecta para echar pie a tierra.

Subido al Calama, la cosa se pone interesante ahora empieza lo realmente duro.

Y la razón sencilla, esas rampas hay que bajarlas, pero nada de coger pistas buenas , nada, nada, cortafuego abajo.

Pero antes de acometer la bajada del miedo, hay que subir al pizarral, ¿como?, más cuestas, sí, sí, coger más de 70 bajando por buenas pistas, para volver a subir, una y otra vez, y así 4 rampas, hasta que llegamos a la bajada perfecta.- desnivel del 38%, cortafuego abajo, pocas piedras grandes, pero muchisimas pequeñas, pinos a ambas partes, y si nos salimos, que hacemos, pues..... estamparnos con ellos, ... y para abajo, .....
Jajaaj, Adolfo todo el camino llevaba quejando se de los riñones y luego las piernas, al final, cuando acabamos a pie de carretera dejo la bici y dijo, me duele todo, ya no siento ni riñones ni piernas, ni brazos ni cuello, vosotros vais a acabar conmigo este invierno, pero no, nada de eso.
Durante esta semana ya haremos planes para la siguiente y el tiempo nos devolverá el descanso a las piernas.
































































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